En una sesión marcada por nueve horas de debate intenso, la mayoría conformada por el partido Morena y sus aliados en la Cámara de Diputados logró la aprobación en lo particular de la reforma para instaurar el Fondo de Pensiones para el Bienestar. Esta medida, que busca mejorar las condiciones de retiro de los trabajadores mexicanos, generó opiniones encontradas tanto dentro como fuera del recinto legislativo.
La propuesta contempla la transferencia de 40,000 millones de pesos en ahorros no reclamados por personas mayores de 70 años hacia el mencionado Fondo, en un plazo de 60 días naturales a partir de su constitución. Esta financiación provendría principalmente de cuentas inactivas en Afores, entidades financieras encargadas de administrar los fondos de retiro en el país.
Con una votación de 251 a favor, 199 en contra y 4 abstenciones, el dictamen pasará ahora al Senado de la República para su revisión y eventual aprobación, antes de que concluya el periodo ordinario de sesiones el 30 de abril.
Uno de los aspectos más destacados de la reforma es la inclusión de un complemento a las pensiones de aquellos trabajadores que se jubilen a la edad de 65 años bajo el sistema Afore, con el objetivo de garantizar una pensión equivalente a su último salario, siempre y cuando no exceda un límite de 16,777.78 pesos al mes. Sin embargo, se advierte que estos complementos estarán sujetos a la disponibilidad del Fondo y a las regulaciones emitidas por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
La creación del Fondo de Pensiones para el Bienestar ha sido defendida fervientemente por los legisladores de Morena, quienes argumentan que esta medida es necesaria ante la insuficiencia de las pensiones otorgadas por las Afores, las cuales, según ellos, apenas representan el 40% del último salario del trabajador. Ante las críticas y amenazas de oposición, el diputado Gerardo Fernández Noroña del Partido del Trabajo expresó su determinación de seguir impulsando la reforma, independientemente de los obstáculos que pueda encontrar.
Por otro lado, la oposición ha cuestionado la necesidad de crear un nuevo fondo de pensiones, señalando que el gobierno podría devolver los ahorros no reclamados a los trabajadores mediante mecanismos ya existentes. Según el diputado Ignacio Torreblanca del PAN, el gobierno cuenta con los recursos y la capacidad para identificar y devolver los ahorros a sus legítimos propietarios.
En cuanto al financiamiento del Fondo, se contempla una variedad de fuentes, incluyendo ingresos del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado y las utilidades generadas por entidades paraestatales, como el Tren Maya. Sin embargo, la mayor parte de los recursos provendría de los ahorros no reclamados en las Afores, que actualmente ascienden a más de 40,000 millones de pesos.
La Asociación Mexicana de Afores (Amafore) ha expresado su conformidad con la iniciativa, asegurando que no representa un problema significativo, ya que únicamente se financiará con cuentas inactivas, siguiendo un modelo similar al establecido en la ley del Instituto Mexicano del Seguro Social.
En resumen, la creación del Fondo de Pensiones para el Bienestar ha desencadenado un intenso debate político en México, con posturas encontradas sobre su pertinencia y los métodos de financiamiento. A medida que la propuesta avanza hacia el Senado, queda por verse cómo se desarrollará este nuevo capítulo en el panorama de las pensiones en el país.