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    En busca de la cura: Darío Celis

    Opinión

    Por Darío Celis Estrada

    La inversión promedio para el descubrimiento y desarrollo de un nuevo medicamento tiene un costo aproximado de 2 mil 600 millones de dólares y el tiempo estimado para ello es de casi 10 años.

    Sin embargo, ante la crisis que ha originado la pandemia de Covid-19, las farmacéuticas buscan desesperadamente un nuevo medicamento para el tratamiento de esta nueva enfermedad.

    Pero la propia industria es realista: tendrán que pasar entre 12 y 18 meses para tener una cura, aunque empresas como Eli Lilly y AbCellera trabajan en conjunto para tener las primeras pruebas potenciales en pacientes en los siguientes cuatro meses.

    El CEO de Lilly ha manifestado que no se pueden realizar concesiones en conceptos como seguridad, eficacia y calidad de un medicamento, ya que éste debe probarse en personas sanas, y cuidar que los efectos secundarios del mismo sean nulos.

    Johnson & Johnson, en voz de su vicepresidente y científico en jefe, reafirma que son 12 a 18 meses los que se necesitarán para que una vacuna esté disponible para hacer frente al Covid-19.

    Pero se busca aprovechar todo el conocimiento adquirido en las múltiples investigaciones realizadas a lo largo de los años.

    El presidente de la Federación Internacional de Asociaciones y Productores Farmacéuticos ha dicho que nunca se había visto un esfuerzo tan grande de farmacéuticas, firmas de biotecnología, investigadores y organismos reguladores para que en cuestión de días se aprueben estudios sobre medicamentos y vacunas como lo ha sido ante esta pandemia generada por el nuevo Covid-19.

    Por ejemplo, AbbVie anunció su asociación con autoridades a nivel global para determinar la efectividad de su medicamento contra VIH en el tratamiento del Covid-19.

    Mientras tanto, AstraZeneca ha movilizado sus esfuerzos de investigación para crear un tratamiento que neutralice los anticuerpos del nuevo coronavirus, y así desarrollar un tratamiento para prevenir la nueva enfermedad.

    Gilead ha iniciado dos ensayos clínicos en Fase 3 de su medicamento Remdesivir en países con alta prevalencia de Covid-19.

    La compañía también brinda soporte a dos estudios en Fase 3 en China, así como a un ensayo clínico en Fase 2 que administra el Instituto Nacional de Enfermedades Alérgicas e Infecciosas de los Estados Unidos.

    Por su parte, Novartis desarrolla diversos compuestos in vitro que pueden tratarse como pruebas antivirales, y también evalúa otros productos existentes que pudieran funcionar como una respuesta a la pandemia.

    Al mismo tiempo anunció que trabajará con las fundaciones Bill Melinda Gates, Wellcome y Mastercard, y así coordinar el trabajo del Covid-19 Therapeutics Accelerator.

    QUIZÁS SEA EN la siguiente semana cuando la Secretaría de Hacienda, que encabeza Arturo Herrera, tenga más claro un paquete de medidas de emergencia para amortiguar el efecto del Covid-19. Se trabaja a marchas forzadas con el Consejo Coordinador Empresarial y los miembros de su Comisión Ejecutiva, en la que confluyen las 12 cámaras y asociaciones afiliadas, en el levantamiento de las demandas más urgentes para sostener el aparato productivo. Con la cúpula de cúpulas que preside Carlos Salazar se están analizando posponer pagos a capital en créditos a la banca, facilidades a ésta en la provisión para creación de reservas, llevar a 0% el pago del ISR de manera temporal, acelerar el programa de cadenas productivas de la banca de desarrollo con énfasis en capital de trabajo a Pymes, apoyo a las aerolíneas y al sector hotelero que ya empiezan a registrar caídas de cuando menos 30% en ocupación, preservación de la cadena de valor exportadora, incentivar el traslado de China a México de proveedores y sobre todo impulsar el pago a contratistas del gobierno. En la tubería del gobierno hay muchísimas facturas que no han saldado dependencias como la SCT de Javier Jiménez Espriú, Pemex de Octavio Romero, IMSS de Zoé Robledo, CFE de Manuel Bartlett, Infonavit de Carlos Martínez, ISSSTE de Luis Antonio Ramírez y Conagua de Blanca Jiménez, principalmente.

    Y PARA PRUEBA un botón: justamente el Covid-19 ya empieza a golpear dramáticamente a las aerolíneas. Ayer mismo circuló una carta que Andrés Conesa envió a los empleados de Aeroméxico en la que anuncia medidas drásticas para afrontar la crisis del coronavirus. La aerolínea que preside Javier Arrigunaga bajó ya 40 aviones, de los cuales 13 son 787 Dreamliner, los que son para vuelos trasatlánticos, amén de 15 aparatos 737 de rutas de no tan largo alcance y 12 Embraer 90 para vuelos domésticos principalmente. Asimismo todos los directores se bajarán 50% el salario y los trabajadores de confianza 21%. No se tiene previsto despedir a ningún piloto, sobrecargo o de tierra. Se otorga a quien guste permisos sin goce de sueldo de hasta un año y se laborará 2 meses por 1 de descanso. Y es que la compañía de Eduardo Tricio Valentín Diez Morodo redujo sus operaciones internacionales 50% y las nacionales 35%. Conesa ya está curtido en estas crisis. Sacó a la empresa tras los eventos terroristas de las Torres Gemelas y la epidemia del H1N1.

    INCREÍBLE QUE A estas alturas el gobierno no haya anunciado el paquete de proyectos de infraestructura energética, signo aterrador de la incompetencia que por lo visto caracteriza al primer círculo del presidente Andrés Manuel López Obrador. Llevamos tres semanas reseñando aquí cómo los secretarios de Hacienda y Energía, Arturo Herrera y Rocío Nahle, los directores de Pemex Octavio Romeroy CFE Manuel Bartlett, y el coordinador del gabinete económico, Alfonso Romo, deshojan la margarita. ¿Y así pretenden sacar del hoyo al país con medidas que ahora se imponen de extrema urgencia?

    AYER LOS ÁNIMOS se caldearon en laboratorios y hospitales privados que ya se veían haciendo pruebas para detectar el coronavirus. Fueron bajados abruptamente por instrucciones de la Secretaría de Salud, que lleva Jorge Alcocer. La medida despertó todo tipo de especulaciones. La principal, que el gobierno de la 4T pretende retener el monopolio de la información del avance de esta epidemia. Hoy por hoy solo el ABC que dirige Alejandro Alfonso y el hospital Ángeles Interlomas de Olegario Vázquez Aldir están certificados. El más molesto fue El Chopo, de José Carlos Pérez.

    EN WALMART, QUE preside Guilherme Loureiro, están preocupados por la salud de sus colaboradores de la tercera edad. Los empacadores que tienen en sus diversas tiendas son personas sin sueldo y sin seguridad social. La influyente cadena que fundó Sam Walton se encuentra en una encrucijada porque algunas autoridades no quieren que los manden a sus casas. Al menos los formatos de Bodega Aurrera y Sams han mantenido distancia. En Estados Unidos la compañía sí les prohibió esta semana acudir a los puntos de venta. Los mandaron a sus casas con goce de sueldo. Aquí otra historia.

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