El viernes 10 de mayo es un día especial en México, marcado por la celebración del Día de la Madre. Sin embargo, ¿cuál es el origen de esta conmemoración? Las raíces de esta festividad se remontan a las civilizaciones antiguas, donde las figuras maternas eran reverenciadas y adoradas.
En la mitología egipcia, Isis era venerada como la «madre de todos los dioses», mientras que en la antigua Grecia, las festividades en honor a Rhea, la madre de los dioses, eran comunes. En Mesoamérica, los mayas adoraban a Ixchel, diosa de la luna y la fertilidad, mientras que los mexicas honraban a Tonatzin, considerada «la madre de todo lo que existe». Incluso en la cultura azteca, donde una divinidad podía tener múltiples nombres, Coatlicue, diosa de la fertilidad, también era conocida como Tonatzin.
A pesar de estos precedentes ancestrales, el origen contemporáneo del Día de la Madre se atribuye a la activista Julia Ward Howe, quien en 1872 propuso la creación de este día como una forma de promover la unión entre las mujeres y abogar por la paz. Sin embargo, fue gracias a los esfuerzos de Anna Jarvis que el Día de la Madre fue oficialmente reconocido en 1907 en Estados Unidos. Jarvis organizó el primer Día de la Madre en honor a su propia madre, Ann Reeves Jarvis, y en 1914, el presidente Woodrow Wilson firmó un proyecto de ley para establecer el Día de la Madre como fiesta nacional.
En el contexto mexicano, el Día de la Madre tuvo su origen en 1922, impulsado por José Vasconcelos, entonces secretario de Educación Pública, y Rafael Alducín, fundador del periódico «Excelsior». Inspirados por las celebraciones en Estados Unidos, lanzaron una convocatoria el 13 de abril de 1922 para instituir un día específico en honor a las madres mexicanas. La propuesta fue respaldada por el presidente Manuel Ávila Camacho, quien en 1949 colocó la primera piedra del Monumento a la Madre en la Ciudad de México. Este monumento, inaugurado por el presidente Miguel Alemán Valdés, se convirtió en un símbolo de amor y gratitud hacia las madres mexicanas.
A pesar de los desafíos, como el terremoto de 2017 que dañó el Monumento a la Madre, esta celebración continúa siendo una ocasión especial para honrar y reconocer el amor incondicional de las madres en México y en todo el mundo.