En una decisión histórica, la Asamblea General de las Naciones Unidas votó este viernes a favor de la adhesión de Palestina como estado miembro de la organización. A pesar de no ser vinculante, este voto simbólico desató fuertes reacciones, especialmente por parte de Israel, y contó con la oposición de países como Estados Unidos y Argentina.
La resolución, presentada por Emiratos Árabes Unidos, fue respaldada por 143 países, mientras que 25 se abstuvieron y nueve votaron en contra, entre ellos Estados Unidos, Israel, Argentina, República Checa y Hungría.
El embajador palestino en la ONU, Riyad Mansour, expresó la importancia de este momento, declarando: «He estado en esta tribuna centenares de veces, a menudo en circunstancias trágicas, pero ninguna comparable a la que mi pueblo vive actualmente». Agregó con emoción: «Ni nunca por un voto más importante que hoy, histórico».
El embajador emiratí Issa Abushahab, en nombre de los países árabes, señaló que aunque la resolución no hace justicia plena al estado palestino, tendrá un impacto significativo en su futuro.
En medio de la escalada de violencia en Gaza, los palestinos, que desde 2012 tienen un estatus de «Estado no miembro observador», renovaron su solicitud de 2011 para convertirse en estado miembro pleno de la ONU. Sin embargo, la recomendación positiva del Consejo de Seguridad es necesaria para este estatus, y esta fue vetada por Estados Unidos el pasado 18 de abril.
Ante este obstáculo, los palestinos recurrieron a la Asamblea General, donde se requería el voto favorable de dos tercios de los 193 Estados miembros para aprobar la resolución presentada por Emiratos Árabes Unidos.
Aunque Estados Unidos se opone a cualquier reconocimiento fuera del acuerdo bilateral entre palestinos e Israel, la votación abrumadora a favor de Palestina plantea nuevos desafíos diplomáticos. Richard Gowan, analista del International Crisis Group, advirtió sobre la posibilidad de un estancamiento diplomático si el tema vuelve al Consejo de Seguridad.
La resolución otorga de inmediato una serie de derechos y privilegios adicionales a Palestina, aunque excluye el derecho de voto y de ser elegido miembro del Consejo de Seguridad. Esto permite a Palestina presentar directamente propuestas y enmiendas en la Asamblea General sin intermediarios.
A pesar de su naturaleza simbólica, la resolución fue duramente criticada por Israel, cuyo gobierno rechaza la solución de dos estados. El embajador israelí en la ONU, Gilad Erdan, la calificó de vergonzosa y acusó a la Asamblea de otorgar derechos de estado a una entidad parcialmente controlada por terroristas.
Estados Unidos expresó sus reservas sobre la iniciativa, argumentando que las medidas unilaterales en la ONU y en el terreno no contribuirán a una paz duradera ni a la solución de dos estados.
Esta votación marca un hito en la búsqueda de reconocimiento internacional y derechos para Palestina, aunque también plantea desafíos significativos en el camino hacia una solución pacífica en la región.