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    SocialesEl club de madres y padres YOLO

    El club de madres y padres YOLO

    Opinión

    Lo que a continuación comparto es a raíz de un comentario que una lectora hizo en mis redes, pidiendo que escribiera acerca de los hijos que pasan mucho tiempo solos, pues tanto papá como mamá están fuera de casa, trabajando. 

    Tras analizar el comentario, coincido con que una parte es la soledad y el abandono emocional de los hijos a causa de vidas hiper aceleradas y ocupadas a las que la apremiante necesidad económica nos lleva a buscar recursos, a contestar mails y whats a las 11 de la noche y a buscar frenéticamente el recurso económico en un mundo ultra competido que, tras la pandemia, nos mostró la fragilidad en el sistema laboral que a todos nos ha dejado con miedo. 

    Las largas jornadas laborales modernas generan cuotas; es cuando viene la compensación económica a los hijos con regalos caros que en ocasiones son el motivo de su propia autodestrucción. Eso pasa con la adicción a videojuegos o el sufrimiento por ciberbullying a causa de dar celulares antes de tiempo y madurez del lóbulo frontal, cosa que ocurre alrededor de los 14 años.

    Esta es solo una parte. Porque hay otra que es todavía más lamentable en el tema de crianza: el mal ejemplo en el que caen por igual padres y madres “chavorrucos”, quienes bajo ningún motivo están dispuestos a sacrificar ni su tiempo, ni su romance, ni su “juventud” por andar cuidando hijos. Para ellos, la renuncia y la abnegación por los hijos es cosa del pasado que ya no se “debe” hacer pues al tener 70% de divorcios y siendo la edad promedio 35 años, nadie se quiere perder sus mejores años por cuidar una gripa, ayudar a estudiar a un examen, ver una peli en viernes abrazando a los hijos y comiendo palomitas… porque “¡es viernes, soy joven, estoy divorciado y no me lo quiero perder!”. 

    Estas nuevas oleadas de padres y madres divorciadas por supuesto que la mayoría quieren rehacer su vida (y está bien). El problema es que algunos suelen instalarse en los 16 años de nuevo y en lugar de dedicar ese tiempo a educar y formar a sus hijos están como adolescentes ligando, enrollados con temas del corazón, tipo es que ya no me llamó; ¿qué habré hecho mal?; jugó conmigo… entre muchos otros comentarios que hacen a sus amigos descuidadamente frente a sus hijos, algunas veces hasta alcoholizados, sin fijarse en las caritas que ponen sus pequeños que están buscando protección… 

    Así que el abandono emocional, sumado a los padres YOLO (You Only Live Once) que piensan que solo se vive una vez y que no se les puede ir la oportunidad de rehacer su vida -poniendo su propio egoísmo como prioridad por encima del bienestar de los hijos-, es lo que hace que estos se comporten como vemos actualmente: gritan a sus padres, patalean por un juguete, manipulan de lo lindo o se portan fatal en la escuela porque… ¡No se sienten amados por sus progenitores! Así de simple. Así de fuerte. Así de preocupante. Así de crudo. 

    La solución está en la crianza efectiva, en la verdadera educación y formación en donde yo te voy a cambiar un paradigma: “Solo quien se siente amado puede ser educado, y solo se siente amado quien se siente aceptado”. 

    En la crianza efectiva es más importante aceptar a los hijos que amarlos, ya que consentir sin poner límites es malcriar; mientras que aceptar y renunciar a “viernes divertidos” por los hijos es la mayor muestra de aceptación, y esta se recibe como el más puro amor en el corazón.

    Deseo de todo corazón que aceptes a tus hijos para que ellos se sientan verdaderamente amados. Y como yo te amo mucho -aunque no te conozca-, y amo mucho a todos los niños del mundo, quiero regalarte mi curso de crianza efectiva, basado en mi libro Método de 8 valores para la crianza efectiva (Editorial Urano). Si te interesa, contáctame por mis redes sociales. 

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