Hay al menos 16 diferentes tipos de colágeno en el cuerpo humano, sin embargo, la mayoría consisten en los tipos 1, 2 y 3. Cada uno se consigue de manera diferente y trae consigo distintos beneficios para el cuerpo.
Tipo 1
Este tipo de colágeno es el más abundante en nuestro cuerpo, y se considera el más fuerte. Forma parte de nuestros tendones, ligamentos, órganos y piel. Ayuda a formar los huesos y se puede encontrar a lo largo del tracto gastrointestinal.
Este tipo de colágeno se encuentra principalmente en el caldo de hueso de pescado, de res y en la cáscara del huevo.
Tipo 2
El cartílago de nuestras articulaciones está conformado por el colágeno de tipo 2, proteína principal de nuestro tejido conectivo. Se utiliza para prevenir dolores de articulaciones y otros síntomas de la artritis, también previene los efectos del envejecimiento.
Este tipo de colágeno se encuentra principalmente en el caldo de hueso de pollo o pavo.
Tipo 3
El tipo 3 es un componente importante de la matriz extracelular que conforma los órganos y la piel, lo cual beneficia su elasticidad y firmeza. También forma vasos sanguíneos y tejidos del corazón, por lo que su deficiencia se relaciona con algunos trastornos cardiovasculares.
Este tipo de colágeno se encuentra principalmente en el caldo de hueso de res.
¿Qué disminuye la producción de esta proteína?
Además de producirlo y añadir colágeno a nuestro cuerpo es sumamente importante mantenerlo en el organismo. Las siguientes conductas generan una reducción de colágeno:
Dieta alta en azúcares.
Ingesta excesiva de alcohol.
Fumar.
Exposición prolongada en el sol.
Por último, existen en el mercado un sin fín de cremas que prometen consentrar el colágeno de la piel, sin embargo, las moléculas en estos productos tópicos suelen ser demasiado grandes para que la piel lo absorba. Es por eso que se recomienda la ingesta de caldo de hueso, pues sana el cuerpo de adentro hacia fuera.
Así que no olvides consumir constantemente caldo de hueso, de igual forma puedes añadir esta proteína con suplementos, acude a un doctor que pueda guiarte mejor.