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    OpiniónLa toma hostil de Radiópolis: Darío Celis

    La toma hostil de Radiópolis: Darío Celis

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    El pleito de Grupo Prisa y Grupo Coral se detonó a partir del viernes pasado, cuando se celebró una asamblea de accionistas en la que no estuvieron los españoles. Allí se resolvieron cambios corporativos.

    El bando de Miguel Alemán Magnani determinó cesar al director general, Francisco Cabañas, un ejecutivo con más de 20 años de carrera con los hispanos, y designar a tres nuevos consejeros.

    A partir del evento los ibéricos sabían que el choque con Alemán por el control editorial de Radiópolis era inevitable, máxime por la entrada de sus nuevos socios Carlos Cabal, Alejandro del Valle y Carlos Aguirre.

    Y es que Alemán la volvió a hacer: en julio pasado, cuando aquéllos salieron a apuntalarlo con 624 millones de pesos para que saldara los mil 248 millones pactados con Televisa, firmó un nuevo contrato leonino.

    El empresario le aceptó a Prisa condiciones que incluso fueron más allá de lo que Televisa acordó en 2001: designar al director general y más consejeros, además del obvio control editorial que quedaba ratificado.

    Pero Alemán reculó y se colgó de la Ley de Inversiones Extranjeras que restringe a 25% la participación de extranjeros en medios de comunicación, con la opción de sumar otro 25%, pero en acciones neutras.

    Grupo Coral puso por delante toda esa argumentación para pedir a sus nuevos socios el control editorial, a lo que aquéllos se opusieron esgrimiendo violaciones a los acuerdos que el mismo Alemán les firmó.

    Fuentes cercanas a la disputa aseguran que Cabañas fue invitado por Alemán a comer a la Fundación Miguel Alemán ese mismo miércoles para revisar el estatus del grupo y que ahí fue retenido y obligado a firmar documentos.

    Incluso las fuentes van más allá, al afirmar que Prisa presentó ya una demanda penal por secuestro de su ejecutivo ante la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, ésta que lleva Ernestina Godoy.

    Simultáneamente se apersonó en las instalaciones de Radiópolis personal armado y de seguridad de los nuevos socios, Alemán, Cabal, Del Valle y Aguirre, para tomar físicamente las áreas legal y jurídica.

    Lo anterior derivó de escarceos en las recientes semanas de los equipos legales de Coral y Prisa, pues Alemán Magnani pidió información financiera y planes de negocios de Radiópolis, cosa que le chicanearon.

    Porque no hubo disposición de los socios extranjeros para abrir la información, la toma de este miércoles fue hostil, con seguridad armada de por medio, y confiscando computadoras y sellando oficinas.

    La andanada legal y toma de control contra Prisa se hizo con una medida prearbitral en la mano, dictada por el Juez 63 en Materia Civil de la CDMX, cuyo resultado es que el control efectivo lo tenga la inversión mexicana, como lo mandata la Ley de Inversión Extranjera.

    El mismo miércoles por la noche Grupo Coral extendió a Prisa un aviso de conciliación para llegar a un acuerdo en los próximos 15 días, que, de no transitar, dará pie a una solicitud de arbitraje ante la Corte Internacional de Comercio en París.

    Prisa tiene dos opciones: ceder por voluntad propia el control editorial de Radiópolis, allanándose a la legislación de Inversiones Extranjeras que les impone restricciones, aceptando un nuevo rol de socio; o vender su 50%.

    Se tiene conocimiento de que en la primera semana o a más tardar la segunda de septiembre Alemán Magnani se reuniría en Madrid con el presidente de Prisa, Javier Monzón.

    Pero la adelanto que los hispanos no van a dar fácilmente su brazo a torcer. Ya alistan una batería de abogados para litigar el caso. Confían tener de su lado suficientes argumentos para pertrecharse.

    Por lo pronto encomendaron el caso de su defensa al afamado litigante Gerardo Ramírez Ornelas, quien tiene de contraparte a otro feroz abogado corporativo, Luis Cervantes, que patrocina a Alemán.

    Los contenidos, programas y talento de Radiópolis no se tocarán, al menos por ahora. Y las versiones que circulan de que fue un golpe de censura contra Carlos Loret de Mola, son chismes de redes sociales.

    En la víspera de la toma Alemán levantó el teléfono para informar a los que sin duda son los principales talentos de Radiópolis para garantizarles respeto a su trabajo: Loret y Martha Debayle.

    Estamos ante un pleito entre particulares en el que nada tiene qué ver Andrés Manuel López Obrador y la 4T.

    Antes de caer en desgracia, el abogado Ángel Junquera solía decir en reuniones privadas que Carlos Cabal tenía mil 500 millones de dólares en un fideicomiso en Mónaco listo para invertirse en proyectos de infraestructura de la 4T. Vaya a usted a saber si son ciertos los dichos de quien al final acercó al ex banquero y a Miguel Alemán Magnani, no solo para entrar al rescate de Interjet, sino de Radiópolis. Pero lo que sí es real es que Cabal es el mecenas de esos dos negocios. Ignacio Carral Kramer, el nuevo director de Radiópolis, es su amigo de toda la vida. Se le recuerda como empresario en los giros de restaurantes, ferias y pistas de patinaje en la CDMX en los gobiernos de Marcelo Ebrard y Miguel Ángel Mancera. Fue fundador de Diversiones Moy, orgullo de Tabasco. ¿Tiene todavía dudas de quién mandará en la cadena de radio?

    Ya quedaron listos los tres consorcios internacionales que pujarán por el PPS (Proyecto de Prestación de Servicios) para la modernización integral de la Línea 1 del Metro. Apunte a la dupla de franceses Alstom que preside Henri Poupart-Lafarge y TSO que encabeza Emanuelle Perron, al binomio integrado por las españolas CAF que lidera Andrés Arizkorreta y Azvi que comanda Manuel Contreras, y en solitario el China Railway Construction Corporation, que capitanea Zhuang Shangbiao. El próximo 10 de octubre entregan ofertas para este megaproyecto de 22 mil millones de pesos a 19 años, cuatro de construcción y 15 de operación que estableció el gobierno de Claudia Sheinbaum.

    Y ayer el Fonatur asignó al consorcio de Prodemex de Olegario Vázquez Aldir y Black Rock de Larry Fink, el denominado Proyecto Carretero Cancún, componente fundamental del Tramo 5 del Tren Maya. Y es que a tal binomio se le adjudicó la construcción de la ampliación de la autopista de cuatro carriles y 112 kilómetros que corre entre Cancún y Tulúm. En medio de la carretera se construirá la subestructura donde estará la vía férrea. Prodemex-Black Rock lanzó una oferta no solicitada de 16 mil 750 millones de pesos, de los que 3 mil 315 millones es capital y 11 mil 650 millones financiamiento. El contrato del organismo de Rogelio Jiménez Pons es a 18 años.

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