El encuentro con la novedad, mismo cuando invite al conocimiento de la verdad, puede ser atemorizante, propone Sócrates (470-399 BC). En general, la gente corre aterrada de regreso a lo viejo y conocido. Pero si persistes en la búsqueda de la verdad, en la ‘cura’ para la ignorancia, es probable que quienes te rodean empiecen a considerarte extraño, incluso amenazante. Mismo así, una vez reconocida de manera auténtica la propia condición de ignorante, no hay más a dónde volver: has escuchado el llamado y quizás, puedas empezar a considerarte un buscador de verdad.
Ahora bien, confundir la gimnasia con la magnesia sigue siendo una posibilidad. Por ejemplo, puedes pasar por el infortunio de hacerte un curso de posturas de yoga y considerarte, a partir de entonces, Maestro. Así, con mayúsculas. Incluso hay quienes, en posibilidad fisiológica de contorsionarse, llegan a pensarse ‘más’ evolucionados moral y espiritualmente, tan sólo ante esa dichosa condición musculoesquelética.
Hay quien se piensa activista y luchador, como por ejemplo, el movimiento feminista que en USA gasta más de 2,000 millones de dólares al año en camisetas generadoras de identidad, según presenta el New York Times con datos de 2021, cuando las estimaciones de la ONU cifran en 420 millones de dólares, el presupuesto necesario para acabar con los matrimonios de niñas en los países islámicos. O sea que si apenas 1/4 de los recursos destinados a comprar ropa que demuestran el apoyo al feminismo fueran dirigidos a un problema identificado y estudiado, como féminas de 9 años desposando adultos de más de 40, éste pudiera ser resuelto.
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Es posible que los intentos de consumo responsable se orienten a empresas como Amazon, seducidos por sus multimillonarias campañas mercadológicas enfocadas a vender sustentabilidad, mismo cuando ha sido calificada como una de las más contaminantes del mundo. Un estudio presentado por The Guardian señala que si Amazon hubiera usado el mismo dinero para mejorar su flota de camiones, hubiera disminuido 77% de la contaminación que genera.
Netflix, la cadena de streaming que más analiza y monetiza la información generada por sus usuarios, estrenó en enero de 2020 un documental acerca del impacto negativo de las redes sociales en nuestra vida, nuestra capacidad de decisión y dinámicas de relacionamiento social…esa misma noche el uso de Twitter y Facebook se incrementó 12%, precisamente impulsado por el impacto que causó “El dilema de las redes”.
Hay líderes de países considerados de primer mundo incitando acciones judiciales sobre los ciudadanos que decidan no vacunarse, mismo cuando científicos reconocidos e información de especialistas alrededor del globo indican que la vacunación disminuye apenas 1% el riesgo absoluto de contraer el virus en turno… además de que no ofrece protección alguna respecto a la intensidad de la sintomatología y la incidencia de contagio.
Es aterrador verdaderamente ver cómo causas, hechos y movimientos que invitan a la reflexión, al discernimiento y provocan la movilización y accionar el cambio, terminan politizándose, polarizándose y volviéndose camisetas, memes, chistes o campañas reputacionales.
Si no has visto la película “No mires arriba”, la cual me parece más un documental siniestro y sarcástico, quizás quieras verla para considerar, tal vez, cómo el humor nos da un par de bofetones en la cara: no, no somos parte de ninguna solución si todo lo que hacemos es seguir en automático el discurrir mecánico de los días en vez de Vivir, pensar, y sobre todo, elegir actuar con Responsabilidad.
Cuando se desliza la pluma impulsada por la mano de la presencia consciente, es que se producen palabras profundas y certeras, como las leídas con disfrute en este artículo.