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    OpiniónLa IP mira por un nuevo partido: Darío Celis

    La IP mira por un nuevo partido: Darío Celis

    Opinión

    La Cuarta Transformación

    Los cientos de empresarios que participaron en el proceso electoral pasado llegaron a tres conclusiones.

    La participación fue exitosa, pero faltó para ganar la mayoría en la Cámara; trabajar más fuerte para lograr la revocación de mandato el próximo año y elecciones que vienen; y mover a las “organizaciones ciudadanas” para salgan de la apatía política y participen.

    La autocrítica indica que, aunque etas elecciones significan el resurgimiento de la IP como en los tiempos de Manuel J. Clouthier y Vicente Fox, el sector empresarial llegó tarde a la contienda y les faltaron varios elementos.

    Ser más valientes, conocer mejor las reglas del juego electoral, las mañas de la operación política del sistema, organizarse mejor y tener una participación más efectiva. Pero no menos importante es que los empresarios tengan una percepción positiva por sus empleados y la sociedad.

    Por otro lado, reconocen que si quieren ser más efectivos necesitan crear una estructura política electoral en cada distrito en la cual inviertan tiempo y recursos, y tener un programa de trabajo que promueva candidatos, aliente el voto ciudadano y que cuide la elección.

    Hay quienes consideran que ya llegó el momento en que el sector privado debe tener un partido político propio y no “rentado”. Y es que quienes participaron en el proceso electoral consideran que es necesario trabajar en tres frentes.

    Promover la participación de más actores para lograr tener más diputados; es indispensable que se logre la revocación de mandato en un proceso donde los ciudadanos voten profusamente y estructurar a las organizaciones ciudadanas para que salgan de la apatía política, se organicen y participen de verdad. 

    O sea: lo que se requiere es hacer realidad lo que el “Maquío” hubiera querido para promover la democracia en el país, con una toma de conciencia de lo importante que es el sector empresarial, con su capacidad de trabajo, de logro, de propuesta.

    En este contexto los organismos empresariales, pero sobre todo la Coparmex, realizan foros en grupos cerrados para evaluar el desempeño del sector privado, donde se identifican aciertos y errores de la contienda pasada, pero sobre todo se van a plantear las líneas de acción los siguientes meses.

    En la evaluación que hacen los empresarios destacan como acierto haber incidido, sobre todo Claudio X. González y Gustavo de Hoyos, para que se lograra la Alianza del PAN, PRI y PRD. Ahora hay que continuar con esta alianza opositora en la Cámara de Diputados y contribuir con más y mejores propuestas legislativas.

    Y es que en esta elección del 2021 el nivel de participación empresarial a nivel nacional fue muy bajo.

    Faltó contagiar a los organismos civiles, ciudadanos y grupos sociales para que comprendieron que su participación era muy importante; faltó que apoyaran con más y mejores propuestas a los candidatos, y proporcionar recursos humanos y económicos para llegar a la base de la pirámide e incidir en el voto.

    “Faltó más generosidad y compromiso de los dueños de las grandes empresas; faltó más valentía y romper el miedo para enfrentar una propuesta populista centrada en dádivas y no en generar empleo, nueva inversión y en general un modelo de desarrollo que respete la libertad y promueva el trabajo”, comentan.

    Lo que viene, coinciden la mayoría de los empresarios que participaron en este proceso, es promover “más ciudadanía y menos partidos”, esto quiere decir que los empresarios deben influir para que sean las organizaciones sociales y no sólo los partidos quienes participen en la elaboración de propuestas de política pública.

    En pocas palabras, el presidente Andrés Manuel López Obrador está logrando lo que nadie había hecho: unir al empresariado, conectarlo con la clase media y las Mipymes, con la emergencia de una sociedad civil que urge participar y enfocarla al anhelo de los mexicanos: una democracia participativa que destierre el autoritarismo y promueva la inversión y el empleo.

    Ciertamente, hubo fallas estructurales atribuidas al equipo de Marcelo Ebrard que causaron la caída de una parte del tramo elevado de la Línea 12 del Metro. Pero también es imposible negar la responsabilidad del actual gobierno de la CDMX que encabeza Claudia Sheinbaum, que sobre todo después del sismo de 2017, sabía que era impostergable darle un mantenimiento mayor a la estructura y no lo hizo. Y nos platican que el Sistema de Transporte Colectivo, que dirige Florencia Serranía, se negó a revisar las soldaduras de los pernos y las trabes porque ello implicaba parar la operación de la línea, lo que se habría generado un conflicto entre los equipos de Ebrard y Sheinbaum, que al final de cuentas no se pudo evitar, y estalló con la tragedia del 3 de mayo pasado que costó la vida de 26 personas. Ayer por lo pronto Miguel Ángel Mancera ya se desmarcó diciendo que en su gobierno sí se dio mantenimiento y hay pruebas documentales. ¿La Sheinbaum las tendrá?

    Casi dos meses de que AlphaCredit anunció el comité liderado por el super ex asesor de la Comisión de Valores de Estados Unidos, Alan Cohen, para transparentar el manejo financiero de la fintech, que registra un boquete de por lo menos 4 mil millones de pesos reconocidos. Se trata de “otros activos” que resulta que no tienen valor. Pues bien, no hay noticias de avances en las pesquisas y auditorías forenses que se le están realizando a Deloitte por parte de un grupo multidisciplinario que llevan los bufetes Skadden Arps, de Alejandro González, y Nader, Hayaux, Goebel, de Michell Nader, que a su vez ficharon a KPMG, de Víctor Esquivel. Este comité especial incluso tendría que deslindar responsabilidades de los fundadores, José Luis Orozco y Augusto Álvarez. Pero nada.

    Hablando de bufetes, resulta que el financiero David Martínez sí se está metiendo fuerte a Grupo Posadas, que capitanea José Carlos Azcárraga. El regiomiontano, accionista de Alfa, Cemex, Vitro e ICA contrató al afamado despacho de abogados neoyorquino Shearman & Sterling, especializado en fusiones y adquisiciones. Como le hemos informado, Martínez está comprando en el mercado secundario bonos de la cadena hotelera. Imposible saber cuánto posee a la fecha, pero ateniéndonos a su modus-operandi no sería extraño que buscara absorber toda la deuda y convertirla a acciones. Hoy día el principal accionista de Posadas es Alfredo Harp, con cerca de 51.2%. familia que lidera Pablo Azcárraga posee otro 43%. Fernando Chico tiene otro 5%.

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