El día de ayer el Gobernador Carlos Joaquín rindió su Cuarto Informe de Gobierno, en el cual, sin lugar a dudas, las acciones tomadas para salvar vidas, proteger a las familias y recuperar la economía, fueron los temas obligados, debido a la pandemia que ha marcado para la historia a este año 2020.
Gracias a esa estrategia, sobresale la buena noticia, de que el Semáforo Epidemiológico para la Zona Norte del estado, bajó del color naranja al amarillo a partir de esta semana, y la Zona Sur está a tres puntos de lograrlo; gracias a que el ritmo de contagios ha disminuido y el número de camas de hospital para atender nuevos pacientes, va en aumento.
El caso de Quintana Roo fue objeto de reconocimiento, por el Subsecretario de Salud, Hugo López Gatell en la conferencia de prensa del Presidente López Obrador ayer por la mañana. Destacó la férrea reducción que se hizo de la movilidad hasta la semana 23 para controlar la epidemia -¿se acuerdan del semáforo rojo?-, y la reacción del gobierno estatal para mitigar el incremento de transmisiones del virus, cuando toda la entidad estuvo en semáforo naranja. Esto ha permitido una disminución sostenida de las infecciones por 9 semanas continuas. No es casualidad que el Gobernador Carlos Joaquín González sea mencionado dentro de los 5 Gobernadores mejor calificados del país por la estrategia ejecutada.
En la modalidad de semáforo amarillo, hoteles, playas, restaurantes, y otros servicios turísticos, pueden operar al 60 por ciento, al igual que parques públicos, cines y centros comerciales -entre otros-. Gimnasios y clubes deportivos, operan al 70 por ciento. Pero todavía no se permite abrir escuelas, bares, discotecas, y centros de espectáculos.
El estar en semáforo amarillo, no implica relajarse; más bien, nos compromete como ciudadanos a seguir observando celosamente las medidas de seguridad e higiene para no contagiarnos. Recordemos que el Semáforo Epidemiológico se revisa cada jueves y podría regresar al color anterior, -inclusive al rojo- si fuera necesario. No bajemos la guardia, seamos responsables y recordemos que aún no hay cura para esta incomprensible enfermedad.