Hay pocas cosas que dejan perplejo, una de estas es ver a cinco mil mujeres tiradas en la calle en medio del silencio, inmóviles, ayer durante la ‘Marcha Feminista’, convocada en Cancún por diversas organizaciones civiles y hoy replicado por el ‘Paro Nacional’, con aulas, oficinas y calles sin la presencia normal de mujeres. Es el silencio sepulcral el que deja en evidencia la ausencia.
Luego de una jornada histórica en Cancún, donde, de acuerdo a datos de la Dirección de Tránsito Municipal, al menos cinco mil mujeres marcharon ayer por las principales avenidas del destino, hoy el ‘Paro Nacional’ ha tenido una convocatoria importante en diversos sectores económicos y sociales, impactado a empresas y servicios.
De entrada, esa era la intensión en esta iniciativa: hacer un llamado al impacto de la ausencia que dejan las mujeres desaparecidas y violentadas.
Estas actividades se sumaron a muchas otras realizadas en todo el país por diversos colectivos.
Con la huelga ‘El 9 ninguna se mueve’, madres de familia, trabajadoras del hogar, maestras, policías, doctoras, enfermeras, conductoras, vendedoras y periodistas, buscan hacer un llamado a erradicar cualquier tipo de circunstancia que violente el derecho a una equidad de género.
En Cancún, diversas escuelas decidieron suspender las clases por falta de maestras, y los planteles que decidieron seguir con la jornada laboral, han tenido que realizar actividades extracurriculares. A esto se suma un ausentismo escolar de cerca del 70%.
Oficinas oficiales, sector turismo y otros sectores económicos también tuvieron un impacto en la huelga convocada, a nivel nacional, donde incluso en redes sociales disminuyo la interacción de mujeres.
De la marcha del 8 de marzo, será una de las jornadas que pasarán a la historia en los primeros 50 años de Cancún, cuando mujeres vestidas de negro de todas las edades, estratos sociales y creencias tomaron las calles pacíficamente.
En la marcha estuvieron generaciones completas: hijas, madres y abuelas, en diversos contingentes.
Al final de la marcha hubo un contingente especial de hombres y mujeres que también decidieron participar juntos.
Fue en la avenida Tulum, a la altura de Plaza Las Américas, cuando el contingente paró y las mujeres alzaron el puño todas juntas, en medio de un silencio absoluto, para posteriormente tirarse al suelo, en representación aquellas desaparecidas, mientras sostenían pancartas con leyenda como: Ni una más, Nunca te dejaré de buscar, Nunca jamás es tu culpa, entre varias frases más.
La electricidad flotó en el aire. Esa sensación de unidad pocas veces vista entre mujeres de orígenes tan diferentes, pero que las unió el clamor de justicia, equidad de género, castigo a los culpables de desapariciones y un llamado enérgico a las autoridades de los tres niveles de gobierno a dar señales claras de avanza en el combate a los feminicidios.
¡La moneda está en el aire! Las mujeres salieron a expresar su hartazgo de muchos años, pues, tan solo en Cancún, desde el 2010 se habían realizado actos en búsqueda de la equidad de género, pero estos se perdían en el aire. Ha sido el tiempo el que ha madurado la idea. Han sido las nuevas generaciones quienes han comenzado a encabezar esta búsqueda de justicia y dejan a las autoridades con el turno de hacer un cambio.
Y es que, al finalizar, entre abrazos, sollozos, gritos de júbilo, de impotencia, de esperanza, un cartel se alzó en la mitad del contingente y decía ‘somos históricas’, y si, estas miles de mujeres que salieron a marchar este 8 de marzo en Cancún se han convertido en historia.
Por Carlos Matus
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