El gigante del entretenimiento Live Nation, propietario de Ticketmaster, enfrenta una posible demanda antimonopolio por parte del Departamento de Justicia de Estados Unidos, según un informe del Wall Street Journal publicado este martes. Desde su fusión en 2010, estas dos empresas han sido objeto de numerosos reclamos y críticas, especialmente relacionados con los precios inflados de eventos en vivo, como los conciertos de Bruce Springsteen y Taylor Swift.
La demanda, que está siendo preparada por el Departamento de Justicia, alega que Live Nation ha utilizado su posición dominante para socavar la competencia en la venta de entradas para eventos en vivo. Aunque aún no se han revelado detalles específicos sobre el caso, se espera que se centre en las prácticas comerciales de la empresa que podrían estar restringiendo la competencia en el mercado de entretenimiento en vivo.
La fusión entre Ticketmaster y Live Nation en 2010 generó preocupaciones sobre el monopolio en la industria del entretenimiento en vivo, ya que estas dos empresas controlan una gran parte del mercado de venta de entradas en Estados Unidos, así como la gestión de artistas, promoción de conciertos y operación de espacios de eventos. A pesar de las condiciones impuestas por el Departamento de Justicia en ese momento para evitar prácticas anticompetitivas, los reclamos persistentes sobre los precios de las entradas y otros problemas han llevado a la posible acción legal.
Live Nation ha respondido a las críticas argumentando que los precios de los eventos son determinados por los propios artistas y no por la empresa. Sin embargo, la participación significativa de Live Nation y Ticketmaster en múltiples aspectos del negocio del entretenimiento en vivo ha generado preocupaciones sobre su poder de fijación de precios y su capacidad para restringir la competencia en el mercado.
Tras conocerse la noticia de una posible demanda, las acciones de Live Nation experimentaron una caída significativa, llegando a caer hasta un 9.2% durante la mañana del martes en la Bolsa de Nueva York, marcando su mayor descenso desde julio. Este desarrollo refleja la incertidumbre en torno al futuro de la empresa y el posible impacto que podría tener una acción legal por parte de las autoridades antimonopolio de Estados Unidos.