Recientemente, el presidente de la República dio a conocer que propondrá reformas para que, a partir del próximo ciclo escolar, desaparezcan los fines de semana largos. El motivo al que se refiere es que hay olvido de las fechas cívicas o históricas y los niños solo hablan de puentes vacacionales. Si bien la preocupación del presidente es legítima, lo cierto es que hay que contrastar los pros y contras de tomar esa medida, a quienes y cómo perjudica, y sobre todo si cancelar esos días de asueto, garantiza que se preserve la memoria histórica.
Los fines de semana largo se constituyeron desde el año 2006 en una reforma al artículo 74 de la Ley Federal del Trabajo estableciendo 3 fechas en que se movería el día de descanso: el primer lunes del mes para el 5 de febrero, y el tercer lunes del mes para el 21 de marzo y el 20 de noviembre. Estos representan actualmente una derrama 750 millones de dólares al año. En esos días el gasto de nacionales es del 76.3%, o sea son fechas de y para los mexicanos. Un estudio realizado por el Centro de Investigación y Competitividad de la Universidad Anáhuac indica que el gasto en un solo fin de semana largo puede estimarse en 12 mil millones de pesos en todo el país, un 100 o 200% más de lo que se gasta en un fin de semana normal. Se estima que cancelar el beneficio equivale a perder 21 mil 512 millones de pesos equivalentes al 1.1% del PIB turístico anual.
Recordemos que estos días de asueto programados al fin de semana, han permitido a las familias planear mejor sus vacaciones, ya que la medida fue pensada en reducir el ausentismo laboral y escolar en su momento cuando un puente caía a media semana. Además, es una práctica normal en otros países como en Estados Unidos el 4 de julio día que conmemoran su independencia.
Lo que se requiere son propuestas ganar-ganar, que por un lado fortalezcan la memoria histórica de todos, no solo de los niños, y a su vez, que se apoye al turismo que impulsa el desarrollo económico en ciudades y regiones. En el documento citado, la Asociación Nacional de Cadenas Hoteleras y Unión de Secretarios de México, avalan propuestas que van desde una cruzada de eventos y actividades para preservar la memoria histórica, hasta mejorar rutas temáticas que apoyen a pueblos donde sucedió la historia. Así como incluir más fechas cívicas en los fines de semana largos como es el 1º de mayo, Día del Trabajo.
En Sectur están viendo cómo concilian los puentes vacacionales con la memoria histórica, con celebraciones en los lugares donde ocurrieron los hechos.
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