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    OpiniónNo sirve indignarnos si no actuamos: Cristina Alcayaga

    No sirve indignarnos si no actuamos: Cristina Alcayaga

    Opinión

    Recientemente llegó a mis redes sociales una ilustración que representa a miles de mujeres musulmanas de las que visten un burka, ese atuendo negro que las cubre de cabeza a pies; todas están de espaldas y una sola de ellas, va en sentido opuesto con la cara descubierta y leyendo un libro. La imagen evidencia el sometimiento que ha impuesto el régimen Talibán sobre las mujeres transgrediendo sus derechos humanos más elementales, rasgo característico de esos extremistas religiosos. Se dijo que la autora era una artista grafitera de Afganistán llamada Shamsia Hassani quien dice expresar con sus obras los miedos de las mujeres en su país por vivir en una sociedad dominada por hombres.

    Pero algunos medios hicieron notar que esa obra forma parte de una campaña publicitaria para la revista “Reportér”. La propia Shamsia publicó en sus redes sociales el desmentido agradeciendo el apoyo a su obra pero recomendado que antes chequen quién es el autor. en realidad esto se dio en agosto del 2021 cuando los talibanes tomaron Kabul la capital de Afganistán y ella logró salir del país a tiempo.

    El motivo por el que ésta nota volvió a circular recientemente es atribuible a que la opinión pública volteó hacia medio oriente por la muerte en septiembre pasado de Masha Amini, una jovencita de 23 años de edad, qué falleció en manos de la policía moral de Irán por no usar correctamente la mascada que les cubre la cabeza. Desde entonces y hasta ahora las protestas dentro y fuera del país se han incrementado, Ha habido represión, detenidos, muertos y sentenciados a muerte. Y esta semana la unión europea Reino Unido y Estados Unidos impusieron sanciones a funcionarios y organizaciones iraníes por esa causa junto a las protestas que ya son calificadas como las más grandes desde la Revolución islámica de 1979.

    Todo esto me hizo pensar que en nuestro propio país todavía vemos tipos de violencias terribles contra las mujeres, y de nada sirve indignarnos de lo que sucede si no comenzamos por cambiar en nuestra casa. Permitir una sociedad igualitaria con los mismos derechos para hombres y mujeres sería una verdadera y digna transformación; eso es lo que necesitamos para que haya paz y armonía en los hogares.

    Me despido y les invito a seguirme en Twitter @Cristinalcayaga.

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