El acné es hasta cierto punto normal, pues es una manera en la que los poros expulsan el exceso de sebo o de células muertas que los obstruyen. Sin embargo, existen algunas medidas que debes seguir para cuidar tus ‘barritos’.
No extremar la higiene
Nuestra cara produce de manera natural sebo y si este es lavado o retirado con frecuencia los poros producirán mucho más. Debido a esto hay que regular la frecuencia en la que se lava la cara, con dos veces a día es suficiente, al despertar y antes de dormir. Para ayudar a tu rostro puedes usar algun producto de limpieza facial que sea ‘libre de aceites’.
Hidratar la piel
Es importante aplicar cremas hidratantes no ‘comedogénicos‘ ni irritantes que ayuden a reparar la barrera cutánea sin alterar los brotes. Recuerda que hidratar y humectar no es lo mismo y esto puede generar un efecto distinto en cada persona debido a que cada quien tiene una piel distinta.
Usar protector solar
Cuando tenemos un brote de acné, el área se encuentra sensible, por ello hay que prestar atención en el cuidado contra el sol. Opta por un protector solar ‘Oil Free’ (libre en aceites), no comedogénico.
Evitar el uso de productos ‘comedogenicos’
Los cosméticos, excepto los especialmente formulados para pieles con tendencia ‘acneica, suelen contener lípidos, lo que producirá un brote o agravamiento del acné. Es recomendable usar productos no ‘comedogénicos’, ‘oil free’.
Evitar roces con la piel
Evitar llevar el cabello sobre la cara porque impide la transpiración de la piel y la sobreengrasa. De igual forma evita tallar con cepillos sobre el acné al lavar tu rostro.
Ser constante y paciente
Como se mencionó antes, cada quien tienen una piel distinta por lo que no desesperes si tus brotes no disminuyen o desaparecen de inmediato. Acude con un dermatólogo para recibir una orientación especializada y si crees que tu acné está fuera de lo ‘normal’. Lo más importante es no acomplejarse por pequeños brotes, el acné es algo que nos sucede a todos por lo que no debe avergonzarte.
