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    La Herencia de la división

    Opinión

    La turbulencia electoral que quedó después de los comicios de noviembre del 2020 en EUA dio paso a dejar en evidencia la honda herida racial, económica y religiosa que el país del norte había soñado que ya era cosa del pasado. El fin del mandato de Donald Trump dejó en evidencia un legado de división.

    Eran las 2:21 horas del 5 de noviembre del 2020 y Donald Trump se declaraba ganador en unas elecciones donde aún faltaban por contabilizar millones de votos y donde las tendencias favorecían cada vez más a su contrincante, el demócrata Joe Biden. ¿Lo que se contendía? La presidencia de los Estados Unidos, en medio de una pandemia, una crisis económica y política sin precedentes y una marcada división social, que segrega lo racial, lo económico y lo religioso como tenía años no se veía en el país del norte.

    Desde ese momento el todavía presidente de los Estados Unidos mantuvo su postura: él había sido el ganador de las elecciones, a pesar de que los resultados en los Distritos Electorales declaraban uno a uno vencedor a Joe Biden.

    “Ha sido el robo más descarado en la historia de nuestra gran nación”, rezó el también magnate inmobiliario, convertido en político directamente para contender por la presidencia en el 2015 y saliendo ganador en el 2016. En su discurso, desde el atril de la Casa Blanca, esa madrugada del 5 de noviembre, Trump señaló de forma contundente:  “Están intentando robar la elección” y con ello, generó 65 días de total incertidumbre en Norteamérica, mientras el mundo entero veía como la nación de la “libertad y la democracia” caía en una espiral de declaraciones y guerras de twitts- común en Trump, en utilizar el Twitter como su plataforma más importante de propaganda- y que le estalló en la cara el 6 de enero del 2021.

    Ese día, miles de simpatizantes tomaron por asalto el Capitolio de los Estados Unidos, algo que nunca antes había ocurrido en la historia del país, incendiados por el polvorín que Trump lanzó a través de sus redes sociales y donde seguidores radicales cumplieron al pie de la letra.

    Las imágenes de hombres y mujeres escalando las bardas perimetrales del recinto, de incendios, saqueos de oficinas, irrupción de edificios públicos, policías dispersando a los manifestantes, congresistas teniendo que ser desalojados y la muerte de 5 personas, fueron transmitidas en vivo a todo el mundo, generando incertidumbre política, social y económica.

    Al momento de escribirlo, las redes sociales de Donald Trump continúan cerradas, luego de que Twitter las vetara por incitar al desorden público, además de que decenas de personas han sido identificadas como participes de la toma y han sido detenidas e incluso, el presidente ya en funciones, Joe Biden, ha reconocido su temor por el incremento del riesgo del “terrorismo doméstico”, derivado de grupos radicales.

    Y es que este panorama es nuevo para el país del norte, un país vital para México y especialmente Quintana Roo, donde al menos 25 millones de ciudadanos americanos visitan diversos destinos en la geografía mexicana y las costas del Caribe año con año, siendo el principal mercado de turismo extranjero y el máximo generador de divisas en este rubro.

    Días después de la toma del capitolio, el 20 de enero del 2021, Joe Biden tomó posesión como presidente de los Estados Unidos, en una ceremonia marcada por la pandemia, por un ex presidente, Donald Trump, saliendo por la puerta de atrás de la Casa Blanca y amenazando con “regresar”, y la herida abierta dejada por los acontecimientos recientes, y ante este panorama, el pueblo norteamericano encara un repunte de casos positivos de Covid-19, que obligó como una de las primeras medidas del nuevo mandatario a reforzar las medidas sanitarias.

    De entrada, los primeros meses después de un cambio de gobierno en los Estados Unidos tienen repercusión en los viajes al extranjeros de sus ciudadanos, reveló el hotelero y expresidente de la de Asociación de Hoteles de Cancún, Puerto Morelos e Isla Mujeres, Abelardo Vara, quien señaló que históricamente el turismo americano disminuye en el Caribe, sin embargo, ahora, con el tema de la pandemia y las nuevas medidas sanitarias, se suma la incertidumbre social y económica que desmotiva el viaje de ciudadanos, donde será hasta dentro de unos meses cuando se podrá medir el impacto que la herencia de Donald Trump dejó en el Caribe.

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