Hannibal Laguna, reconocido internacionalmente diseñador de moda, reflexiona sobre el arte y el discurso estético de la feminidad que han estado en su trabajo desde sus inicios, cuando decidió cambiar sus aspiraciones por la arquitectura a las telas, texturas que provocan los vestidos, como una herramienta de un proceso creativo donde plasma emociones
Nacido en Caracas, Venezuela, recordó que viene de una familia dedicada al mundo de la moda, criado entre rollos de tela en el taller de su madre, de una fábrica de confección infantil.
“Realmente la moda la entendía como un negocio familiar, no como un elemento creativo con el que pudiera mostrar mis emociones. Fue durante mi adolescencia, cuando de Caracas nos trasladamos a España, en donde verdaderamente entendí que la moda era un vehículo impresionante para canalizar emociones y sacar aquello que tienes dentro”, se sinceró.
Admitió que en ese entonces tenía una forma totalmente distinta a ver a la mujer, a la que se tenía ambientada en los 80 y 90, donde la moda era muy tendenciosa. “Se tendía a masculinizarla, era muy minimalista, y para que una mujer demostrara que era fuerte o inteligente, básicamente tenía que disfrazarse de hombre para ser tenida en cuenta, y a mí eso era algo que me molestaba mucho. Siempre defendí su derecho a ser sensual o romántica, y que nada tenía que ver con la inteligencia”, expresó.
Esto motivó que su trabajo buscara dar un discurso de la belleza femenina por la delicadeza. De que el empoderamiento no está peleado con la estética, sino que es una herramienta más para sobresalir.
Ver el desfile como algo único
En el marco de su presentación y desfile de modas en Pasarela Internacional por la Paz, el pasado diciembre en Mérida, Yucatán, Hannibal reflexionó sobre este acto como uno de los pocos eventos que se pueden vivir en directo una vez en la vida y jamás repetir. “Puedes ver una película dos o tres veces, puedes ir al teatro, al cine o un concierto, pero un desfile de moda como tal, es irrepetible”, señaló el diseñador quien dijo sentir una satisfacción lúdica única y embellecedora.
Detalles de origen
Recientemente presentó su colección Hanibalisimo, vestidos confeccionados con la primer flor que hizo cuando era niño, y que su madre conservaba dentro de un libro. Un detalle que lo impresionó al considerar que fue el primer contacto que tuvo con la tela, con un tejido y con el mundo de la moda, y que
representa también el inicio de la magia.
“Fue la primera vez que utilicé un tejido, que es una materia plana de dos dimensiones, para convertirlo en algo tridimensional, que es un poco la misión que hacemos los diseñadores, convertir aquello que está en nuestra imaginación y que es una fantasía, para convertirla en algo real”, rememoró.
Participante de la Pasarela Gaudí, de Cibeles, Barcelona Fashion Week, Valencia Fashion Week, Mercedes Benz Fasion Week Madrid y ganador de diversos premios internacionales, como el Intercouffure, Red Carpet Fashion Adwards, Telva y el Dedal de Oro, por diseñador de trayectoria, son algunos de los logros más importantes en el camino que Hannibal eligió a los 18 años, cuando decidió estudiar diseño de modas, y que el día de hoy lo ha colocado como uno de los diseñadores ibéricos y de habla hispana más
importantes del momento.
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