El sexenio de Andrés Manuel López Obrador quedará grabado en la memoria colectiva, en parte, por el desempeño del peso mexicano frente al dólar estadounidense. En el año 2023, el peso logró superar la barrera de los 20 pesos por dólar, marcando un hito en la economía del país. Sin embargo, durante más de cinco años, la moneda nacional atravesó momentos de volatilidad, alcanzando incluso los 25 pesos por unidad. Una combinación de factores, que incluyen una pandemia global, la cancelación de importantes proyectos de inversión, tensiones comerciales, fluctuaciones en los precios del petróleo, alta inflación y una política monetaria restrictiva, contribuyeron a que el tipo de cambio oscilara entre los 16.67 y los 25.10 pesos por dólar.
El primer año: Impacto de la pandemia
Al inicio de la administración de López Obrador en diciembre de 2018, el tipo de cambio se situaba en 20.306 pesos por dólar. Durante el primer año, se observó una apreciación del peso del 4%, alcanzando un promedio de 19.34 pesos por dólar. Sin embargo, este período estuvo marcado por la incertidumbre derivada de la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en Texcoco, lo que generó desconfianza entre los inversionistas. Además, la economía mexicana experimentó una contracción del 0.2%, su primera caída desde 2010, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
El año 2020 trajo consigo la irrupción de la pandemia de COVID-19, desencadenando una caída sin precedentes en el valor del peso. La moneda mexicana se depreció hasta superar los 25 pesos por dólar, en un contexto donde el gobierno optó por no implementar políticas fiscales contracíclicas, a pesar del entorno económico global adverso. La cancelación de la planta cervecera de Constellation Brands en Mexicali y el colapso de los precios del petróleo contribuyeron a esta situación. A pesar de la volatilidad, el tipo de cambio se movió entre un máximo de 25.14 y un mínimo de 18.55 pesos durante el año.
Inflación y política monetaria restrictiva: El peso mexicano en 2024
Entre 2021 y 2022, el mundo experimentó un aumento generalizado en los precios de productos y servicios a medida que las actividades económicas se reactivaban tras el parón provocado por la pandemia. En respuesta, los bancos centrales elevaron las tasas de interés para contener la inflación, una tendencia que también se observó en México. La inflación alcanzó niveles no vistos en dos décadas, llevando al Banco de México a incrementar su tasa de referencia hasta el 11.25%.
Durante este período, el peso mostró una apreciación del 7% frente al dólar en 2021, favorecido por el aumento anticipado de las tasas por parte de Banxico. Sin embargo, en 2022, la moneda mexicana experimentó una depreciación del 10%, alcanzando un máximo de 21.375 pesos por dólar. Este año estuvo marcado por las alzas agresivas en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos, así como por eventos geopolíticos como la invasión rusa a Ucrania.
A pesar de los desafíos, el año 2023 cerró con una apreciación del peso del 13%, un fenómeno inusual en el régimen cambiario de libre flotación adoptado por México desde 1994. Este fortalecimiento se atribuye a un aumento en la llegada de divisas, la política restrictiva de Banxico y las oportunidades derivadas del nearshoring. En el año en curso, el tipo de cambio se ha mantenido estable alrededor de los 17.05 pesos, respaldado por la confianza en la economía nacional.
Para el resto del año 2024, se espera que tanto la Reserva Federal como el Banco de México inicien recortes en sus tasas de interés, lo que podría influir en el comportamiento del tipo de cambio. Según las proyecciones del mercado, se estima que el peso cerrará el año alrededor de los 18.50 pesos por dólar, aunque factores como las elecciones en México y Estados Unidos podrían influir en esta predicción.
En resumen, el sexenio de López Obrador estuvo marcado por la volatilidad del peso mexicano, con momentos de depreciación significativa seguidos de períodos de apreciación. Si bien diversos factores externos e internos influyeron en su desempeño, la economía mexicana ha demostrado resiliencia ante los desafíos, manteniendo la estabilidad en medio de un entorno global cambiante.