Las historias de éxito comúnmente están construidas sobre vicisitudes y problemas. Es el caso reciente de las nadadoras mexicanas que ganaron dos medallas de oro en el Mundial de Natación Artística 2023 realizado en Somabay Egipto; logros muy meritorios, pues tuvieron que recaudar fondos por su cuenta para viajar, vendiendo trajes de baño oficiales de la selección, ante la falta de apoyo de la Comisión Nacional del Deporte, CONADE; aunque finalmente, contaron con el respaldo de Fundación Telmex y Aeroméxico para su exitosa participación.
Por este hecho, la Directora de la Conade, Ana Gabriela Guevara, ha sido duramente criticada; sin embargo, ella dice que no puede apoyar a las nadadoras a causa de un conflicto de la Federación Mexicana de Natación (FMN), que fue suspendida por la World Aquatics, -entidad que regula las competencias internacionales-, debido a que su extitular, Kiril Todorov, fue acusado por peculado. Ella dice que está jurídicamente impedida para dar recursos económicos a los deportistas acuáticos; o sea que se trata de un problema entre federaciones, que obra en perjuicio de los atletas y su posibilidad de participar en competencias internacionales.
Parece mentira, que todavía tenemos que mantener en la memoria colectiva, la medalla de oro del “Tibio Muñoz” en las olimpiadas de México 1968, como un logro histórico, mientras que de esa fecha al año 2023; Estados Unidos a cosechado 521 medallas en deportes acuáticos olímpicos; China 411 medallas y Alemania 352. En cambio México solo ha obtenido 21 medallas, en todos esos años.
En países como los Estados Unidos, el gobierno aporta una parte del financiamiento a los atletas, a través del Fondo Olímpico y Paralímpico, -que de 2017 a 2020 fue de más de 53 millones de dólares-; también ofrece otros programas de apoyo financiero a los atletas, como becas educativas, seguros médicos, asistencia legal y servicios de carrera profesional. Paralelamente pueden recibir fondos de patrocinadores privados, fundaciones, organizaciones sin fines de lucro y universidades quienes además les otorgan becas deportivas para estudiar y competir. Esto sería una verdadera respuesta, y no la actitud de cruzarse de brazos por parte de la autoridad del deporte nacional, ante un conflicto ajeno a los deportistas.