«Nunca es tarde para aprender. Lo que sea», lo dice Martin Korte, neurobiólogo alemán y eminencia mundial en el estudio de los fundamentos celulares del aprendizaje y la memoria.
Normalmente con el paso del tiempo nos interesa menos aprender coas nuevas porque creemos que no podemos hacerlo por la edad, pues la realidad es completamente contraria y el neurocientífico Martin Korte nos lo cuenta más de este proceso de aprendizaje.
¿Qué hacer mal cuando nos ponemos a estudiar?
Beber agua ayuda pues, al cerebro solo le llega un riego adecuado si estamos suficientemente hidratados. Aunque el 2% de nuestro peso corporal, consume el 20% del oxígeno y del azúcar de la sangre.
Beber agua no es solo para practicar un deporte
También hay que beber antes de clase o de sentarse a estudiar, desde primera hora y no hacerlo solo con el día avanzado. Es cierto que los riñones intentan regularlo, pero una hidratación idónea permite un aumento rendimiento intelectual de hasta 5%.
Nunca dejamos de aprender
Siempre estamos aprendiendo cosas nuevas, pero, a medida que nos hacemos mayores, nuestro cerebro compara cada vez más la información nueva con la que tiene almacenada. Por ejemplo, los niños disfrutan comprobando que al pulsar un interruptor la luz se enciende. Para un adulto, solo es emocionante si acaba de instalar un regulador de potencia e intenta ver en qué dirección hay que girarlo para que haya más o menos luz.
El estudio no tiene ‘una edad’
Las personas que no dejan de estudiar y aprender pueden incluso retrasar la aparición de una posible demencia. A diferencia de las articulaciones de la cadera o la rodilla, las neuronas resisten más cuanto más usen. De hecho, con cada actividad neuronal, las células nerviosas liberan factores de crecimiento. Así que mantenerte mentalmente activo a una edad avanzada es beneficioso. Y puede hacerse.
Aprender a estudiar de acuerdo a nuestra edad
En la juventud, la novedad despierta tanta curiosidad que hace que esa información pueda almacenarse de forma óptima. Pero cuando, con la edad, dices que ya no eres capaz de estudiar y aprender bien, suele ser por otros motivos.
“Lo del aprendizaje activo hay que tomarlo al pie de la letra: el movimiento ayuda, tomar notas a mano es mucho mejor que hacerlo en el ordenador”
Todos tenemos distractores
Por mucho que critiquemos a nuestros hijos por la continua distracción que les supone el móvil, lo cierto es que los adultos nos distraemos con más facilidad; listas de tareas pendientes, correos electrónicos llamadas. Tenemos que ejercitar nuestra capacidad de atención, aprender a controlarla.
Intentar aprender a aprender
Hay que observar en qué momentos del día nos concentramos mejor. El siguiente factor sería el tiempo que le dedicamos. Unidades cortas, de una media hora, así como las repeticiones frecuentes, suelen ahorrar esfuerzo. Recordamos mejor las cosas a largo plazo si las aprendemos poco a poco y no en atracones. También podemos fijarnos en qué asociaciones le funcionan a cada uno. Lo mejor para la mayoría es lo visual, recurrir a los gráficos. La memoria visual es muy superior a todas las demás formas de memoria.
Facilitar el aprendizaje
Trabajárselo, estudiar de una forma activa. Por ejemplo, reordenando apuntes o reelaborándolos de forma gráfica. El cerebro compensa el esfuerzo almacenando mejor. Y lo del aprendizaje activo hay que tomarlo al pie de la letra: el movimiento ayuda, tomar notas a mano es mejor que hacerlo con el ordenador.
Cómo activar el ‘modo aprendizaje’
La curiosidad hace que se activen sistemas turbo, como el de la dopamina. Pero lo normal es que el cerebro tenga que ir preparándose poco a poco para estudiar y aprender. Solemos necesitar unos 15 minutos. Por otro lado, las interrupciones frecuentes y rápidas resultan muy inefectivas, por no decir inútiles.
La influencia de la digitalización
Si una empresa ofrece habitualmente formación continua a sus empleados, adaptarse a la digitalización no mayores problemas. El éxito depende en buena medida de la cultura empresarial. Siempre que aprendemos algo nuevo y tenemos que reescribir un hábito adquirido, nuestro cerebro sufre, le cuesta, cometemos errores ¡Pero si la empresa es tolerante, acabará funcionando!
“Deberíamos considerar la vuelta a la letra impresa. Almacenamos mejor la información si la leemos en libros tridimensionales que en una pantalla
La digitalización, ¿maldición o bendición para el aprendizaje?
Las dos cosas. Es una bendición porque nos permite ampliar de forma externa nuestros almacenes de información, ya sea mediante un disco duro o en la nube. Y es una maldición por la distracción continua que lleva asociada. De estas dos caras de la misma moneda, la que se va imponiendo por ahora es la maldición.
La ansiedad es el peor enemigo del aprendizaje
En ese tipo de situaciones, el nivel de estrés es muy alto. Si aumenta en exceso, ciertas regiones cerebrales simplemente se desactivan. Entre esas regiones se encuentra el hipocampo. Por otro lado, no hay que demonizar al estrés. En realidad, el estrés que no te agobia porque te ves capaz de afrontarlo lo que hace es darle alas al cerebro.
“Con la edad, a muchas personas les cuesta aprender porque tienen miedo al fracaso, no porque su cerebro no sea capaz de hacerlo”
Fuente: XLSemanal