Recién vi la peli de ‘El cazador y la reina de hielo’, uno de los niños estaba conmigo y le pregunté qué pensaba. Me dijo que la reina era muy guapa y muy cruel.
La villana de la cenicienta, Maléfica y una interesante lista de las Malas más malas, pudieran tener como primer nombre ‘m a d r a s t r a.’
Fuera de la pantalla, donde la realidad es más extraña que la ficción, hay pocos lugares dentro del sistema familiar que pesen tanto como este. Mismo en el homólogo masculino, me atrevo a señalar, por observación, que no sostiene implicaciones equivalentes.
Tal ha sido mi sorpresa que cuando mi sobrino les explicó a mis tres hijastros: ‘mi tía es tu madrastra’, la respuesta inmediata fue un enfático No, acompañado de ella es Patricia y nosotros le llamamos con un apodo cariñoso… ella no es nada de eso ‘de madrastra’…
Al paso de los años, me he ido acomodando y puedo decir con calma: -Sí, soy Madrastra-. E ir caminando lo que eso va significando en la cotidianidad.
Feliz día para mí #díadelamadrastra