Los duros de la 4T ya tienen a su candidato a la Presidencia para el 2024. Se llama Hugo López-Gatell (no es broma). Y Andrés Manuel López Obrador se ha encargado de pavimentarle el camino.
La última decisión del presidente de la República, de conferirle el control de la Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), confirma la alta estima y confianza en él.
El actual subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud es un pésimo técnico y científico, pero un excelente operador político y grillo. Se ha convertido en el ‘rock star’ de la clase política radical.
Con la Cofepris en la bolsa, López-Gatell controlará el 10% del Producto Interno Bruto del país y el 11% del comercio internacional de México, entendido por el cúmulo de productos que estará bajo su férula.
El subsecretario ahora regulará todos los artículos y establecimientos comerciales que vendan un producto de consumo humano; de cada peso que gaste un consumidor, tendrá injerencia sobre 43 centavos.
Medicinas, tabaco, alimentos, bebidas alcohólicas y no alcohólicas, cosméticos, perfumes, productos de higiene personal y hasta plaguicidas pasarán por la aduana del llamado ‘Zar anticoronaviru’ de la 4T.
Tal poder que le dispensa AMLO coloca, sin lugar a dudas, a López-Gatell como al gallo de la corriente más ideologizada del actual régimen para contender por la Presidencia en el 2024.
La señora Beatriz Gutiérrez Mueller, el vocero Jesús Ramírez y secretarios como Irma Eréndira Sandoval de la Función Pública y su esposo John Ackerman, igual que Luisa María Alcalde, del Trabajo, y la titular del SAT, Raquel Buenrostro, lo ven con buenos ojos.
En el partido Morena la secretaria general, Bertha Luján, y el presidente interino, Alfonso Ramírez Cuéllar, también lo miran con mucha simpatía. Lo mismo que gobernadores de extracción morenista.
Ojo con esto último: con la bandera de la campaña contra los alimentos chatarra, López-Gatell ha tenido la habilidad de hacer amarres con gobernadores y congresos locales.
Adán Augusto López de Tabasco, Rutilio Escandón de Chiapas y Cuitláhuac García de Veracruz, y eventualmente Miguel Barbosa de Puebla y Cuauhtémoc Blanco de Morelos, cierran filas en esa cruzada.
Todo el poder que López Obrador está dando a su pupilo ya hizo crujir los grupos políticos al interior de Morena y la 4T. Marcelo Ebrard, Ricardo Monrreal y Claudia Sheinbaum están que no los calienta el sol.
Y con ellos todos sus séquitos de operadores y colaboradores. Vamos a ver si a López-Gatell le alcanza para mantener el apoyo del primer círculo presidencial.
Su retórica y decisiones lo pueden catapultar o hundir. Hasta ahora las segundas lo han dejado pésimamente parado: colapso del sistema de compras de medicinas y más de 58 mil muertos por el Covid-19.
Debe irse con pies de plomo porque dentro y fuera lo quieren tumbar. Dentro, los que traen en la mira la Presidencia en el 2024. Y fuera, toda la industria. Para ellos haberle cedido la Cofepris resultó una tragedia.
LA CESIÓN DE la Cofepris a Hugo López-Gatell es un golpe directo al corazón de Alfonso Romo. De poco le valieron los títulos nobiliarios de jefe de la Oficina de la Presidencia y Coordinador del Consejo para la Promoción de la Inversión y el Empleo del gobierno de la 4T. Esa agencia reguladora era un activo de gran valía para el fundador de Vector, a la que a lo largo de más de 19 meses nomás nunca pudo acceder. Una batalla perdida. Para Romo el filtro de la Cofepris era más que estratégico. En un análisis privado, personal, titulado ‘Convertir al Elefante en un Caballo de Carreras’ que elaboró de su puño y letra para Andrés Manuel López Obrador (entregado el 2 de octubre del año pasado)
la Cofepris destacaba porque representa parte de los inhibidores coyunturales que requerían acciones urgentes para obtener resultados rápidos. “Más de 13 mil permisos rezagados=miles de millones en inversiones detenidas por procesos burocáticos. De cada peso gastado por los hogares mexicanos en el consumo de sus productos (alimentos, salud, higiene) 44 centavos está regulado por la Cofepris”, escribió Romo. Con López-Gatell como su rector, es como darle la Iglesia a Lutero.
EN UN CONFLICTO larguísimo entre Germán Larrea, Grupo México y el fondo Infund, ayer la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia le negó un amparo. Bajo una propuesta de la ministra Norma Piña el asunto fue aprobado por unanimidad en la Sala. La decisión no pone punto final al litigio. Larrea buscó que la Corte declarara inconstitucionales diversos artículos del Código de Comercio y uno del Código Federal de Procedimientos Civiles, todos en relación con las medidas cautelares o providencias precautorias en juicios mercantiles, y la posibilidad de presentar una garantía para que éstas no se ejecuten. Su abogado, Alberto Zínser, de Zinser, Esponda y Gómez Mont, pretendió que una vez que Infund había solicitado que se fijara una contragarantía para evitar la ejecución de medidas cautelares, se entendiera que ya no podría impugnarlas en el juicio. La Corte declaró ayer que estas disposiciones sí son constitucionales y que no precluye el derecho a impugnar la legalidad de la medida cautelar. Ahora regresará a un Tribunal Colegiado de Circuito. En juego hay 65 millones de dólares.
AEROMÉXICO OBTUVO EL aval ayer de la jueza Shelley Chapman para acceder a los primeros 100 millones de dólares de un paquete inicial de 200 millones que otorgará el fondo Apollo Global Management. Pero la luz verde de la Corte de Quiebras del Distrito Sur de Nueva York no pudo ser posible si la aerolínea que dirige Andrés Conesa no hubiera logrado el consentimiento del Comité de Acreedores Comunes, que son el cuerpo del que depende la sobrevivencia de la empresa de Eduardo Tricio, Valentín Diez Morodo y Delta Air Lines. ¿Quiénes lo integran? Apunte a los tenedores de bonos en Estados Unidos, a Nordic Aviation Capital, Falko Regional Aircraft, General Electric, World Fuel Services, Sabre y ASPA, el sindicato de pilotos que lidera Rafael Díaz Covarrubias. La negociación estuvo liderada por los abogados Timothy Graulich de Davis Polk & Wardwell y Alejandro Sainz de Cervantes-Sainz. Aeroméxico va hasta por mil millones de dólares. Grábese bien quiénes son los de su comité.
FUE UN PAGO de cien millones de pesos lo que Casas Javer, de Salomón Marcuschamer, logró aplazar por seis meses, hasta febrero del 2021. Es el cupón trimestral por concepto del crédito sindicado que les otorgó Credit Suisse que dirige Nicolás Troillet, el HSBC que preside Jorge Arce y el Canada Plan Pension Investment Board (CPPIB), que representa Rodolfo Spielmann, que dicho sea de paso no fue de 180 millones de dólares como escribimos ayer. Son alrededor de 140 millones de dólares y un componente está denominado en pesos. Esta prórroga concedida a la viviendera que encabeza René Martínez se da porque paró la construcción de casas nuevas por lo menos tres meses por el Covid-19.
AYER LA REUNIÓN 19 para revisar la NOM-194 de la que le hablaba ayer, referente a nuevas normas de seguridad para los vehículos. Interesante el número de sesiones porque arrancaron este mismo año y pese al confinamiento la Dirección General de Normas, a cargo de Alfonso Guati Rojo, no ha dejado de trabajarla. A finales de septiembre podría estar el anteproyecto y en noviembre iniciarían consultas públicas. Están participando las principales armadoras, léase General Motors de Francisco Garza, Volkswagen de Steffen Reiche, Nissan de José Román, Fiat-Chrysler de Bruno Cattori, Ford de Héctor Pérez, Kia de Jong Kun Lee, Toyota de Luis Lozano, Hyundai de Claudia Márquez, entre otras.