Desde que Héctor se enteró de la remodelación de la iglesia de María Estrella del Mar, quiso embellecer con su arte, aquel oratorio espectacular, con vista al caribe.
Su amigo Jaime, quien estaba remodelando el recinto, le había sugerido tallar una escultura de tamaño real para honrar a la milagrosa Virgen de «María estrella del Mar».
La idea era que la escultura pusiera en alto al templo en Cancún. Que representara un símbolo de identidad comunitaria. Que con la su minuciosa paciencia y su dominio en el arte del tallado, la obra inspirase fe y devoción entre los feligreses.
El artista no dudó ni un minuto en poner manos a la obra. Cuidó al pie de la letra, cada detalle.
Sin embargo, alguien “importante” aseguró no haberle gustado la obra porque encontraba la «imagen de una virgen pagana» y sugirió cubrirla con una lona y taparla para que los feligreses no la pudieran ver.
En el diccionario de la lengua, «pagana», es una persona «hipócrita», digámoslo así ante cualquiera de las 3 religiones monoteístas.
Para muchos, la imagen en cuestión, no es de ninguna manera una imagen pagana, sino la escultura de una virgen rezando al cielo.
La estatua permaneció en la Iglesia «María Estrella del Mar»pero en el mes de junio, luego de una misa multitudinaria, en donde incluso se vio a hombres y mujeres postrados ante la virgen, esta escultura desapareció.
Hubo quienes se tomaron fotografías y podría decirse que se estaba cumpliendo con el hecho de tener una imagen religiosa y adorable en su templo, en su comunidad, sin embargo la instrucción fue que se quitara de manera inmediata.
Esta instrucción generó dolor, incluso conmoción y tristeza entre personas que son parte de la comunidad, o gente allegada al templo.
Aunque la escultura de la Virgen de María Estrella del Mar haya sido retirada, el amor y la fe que irradiaron durante su breve permanencia, continuarán como el recuerdo de las olas del mar.