La mañana del 7 de octubre el grupo terrorista Hamás lanzó un ataque sin precedentes sobre el pueblo de Israel que conmemoraba el “Simjat Torá” fiesta que celebra el final de la lectura anual de la Biblia Hebrea. El hecho sorprendió al mundo, por los miles de cohetes lanzados, y por la invasión de cientos de terroristas que asesinaron civiles y tomaron 130 rehenes en las poblaciones cercanas a la línea divisora con Gaza, región palestina controlada por Hamás. Israel no tardó en contestar con acciones militares y estableció un bloqueo total a la franja palestina, lo que ha iniciado una nueva etapa del añejo conflicto que puede tener alcances muy riesgosos para la estabilidad del medio oriente.
El hecho es absolutamente condenable pues deliberadamente asesinaron, hombres, mujeres, ancianos niñas y niños y tomaron a cientos como rehenes para usarlos como escudos humanos ante la evidente respuesta armada de Israel. Hay que tener claro que Hamás no representa a Palestina; son un grupo radical cuyo objetivo es fundar un Estado Islámico y acabar con Israel. Históricamente nunca ha reconocido los tratados de paz como los acuerdos de Campo David o los que reconocen al Estado Israelí como los Tratados de Oslo. Además, es opositor a la Autoridad Nacional Palestina que gobierna Cisjordania. En 2008 se apoderó de Gaza a la salida de Israel y desde entonces utiliza y adoctrina a los palestinos que viven ahí en condiciones de pobreza para lanzarlos contra Israel. Así que esto no se trata de tomar partido sino de estar en contra del terrorismo, cuyo propósito es infringir miedo con actos contra la humanidad.
Hoy hay guerra y la muerte recorre el Estado de Israel y el Estado Palestino. Desde aquí, nuestras oraciones por ellos y el repudio a los terroristas.
Me despido y les invito a seguirme en Twitter @Cristinalcayaga.