El gobierno de Donald Trump está intensificando sus esfuerzos para confiscar terrenos privados en el sur de Texas para construir el muro fronterizo con México
Las autoridades estadunidenses apenas han construido unos 145 kilómetros de muro desde que Trump asumió el cargo, y casi todos ellos han sido para reemplazar cercas viejas.
El Departamento de Justicia ha presentado tres demandas en lo que va del mes contra propietarios de tierras en el Valle Rio Grande, una franja de pueblos y granjas fronterizas en el punto más al sur de Texas.
Casi ninguna de las tierras ha sido expropiada hasta ahora.
El martes, los abogados del Departamento de Justicia se movilizaron para confiscar tierras en un caso inmediatamente antes de una audiencia judicial programada para febrero.
La agencia dice que está lista para presentar muchas solicitudes más para apropiarse de tierras privadas en las próximas semanas.
Aunque los avances han sido lentos, el proceso de confiscación de tierras tiene un gran peso en favor del gobierno.
Alcanzar la meta tantas veces establecida de Trump de 800 kilómetros para fines de 2020 requerirá casi con certeza un mayor avance en Texas
Los opositores a los planes de Trump han presionado al Congreso para que limite los fondos e impida la construcción en áreas como el Refugio Nacional de Vida Silvestre de Santa Ana, un importante santuario para varias especies en peligro de extinción, como jaguares, aves y otros animales.
Así como el Centro Nacional de las Mariposas, una organización sin fines de lucro, y una capilla católica histórica.
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