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    OpiniónFlores para Rocío Nahle: Carlos Loret de Mola

    Flores para Rocío Nahle: Carlos Loret de Mola

    Opinión

    ¿Cómo puede un empresario dueño de un negocio de extinguidores de fuego volverse uno de los contratistas más poderosos de Dos Bocas? ¿Cómo puede una empresa dedicada a los sistemas contra incendio recibir un contrato de 20 mil millones de pesos en proyectos estratégicos del gobierno federal? ¿Cómo puede haber logrado un joven hombre de negocios, en tan poco tiempo, estar entre los empresarios con avión privado, helicóptero, carrazos?

    Cuentan que el empresario se llama Daniel Flores. Para algunos es conocido por ser socio del restaurante Anónimo, en Polanco en la Ciudad de México. Pero su negocio fuerte es Proyecta Industrial de México. Y por lo que me revelan fuentes muy bien informadas, es muy cercano a la secretaria de Energía, Rocío Nahle, a su esposo (que ya no es secreto que juega un papel relevantísimo en la definición de muchos negocios del sector) y al nuevo secretario de Gobernación, Adán Augusto López, quien estrechó los lazos mientras era gobernador de Tabasco, donde se está construyendo la refinería de Dos Bocas y donde se reunían periódicamente empresario, secretaria, gobernador.

    El enlace entre los tres sería Leonardo Cornejo Serrano, un funcionario a quien, me dicen, el presidente López Obrador mandó correr porque fue salpicado en el escándalo de Odebrecht: una investigación de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad reveló que “nadie vio más veces en la torre de Pemex a Luis Weyll, el hombre que personifica en México la corrupción de la empresa brasileña, que Leonardo Cornejo”. Pero la secretaria de Energía, Rocío Nahle, habría desoído a su jefe y mantenido en su derredor a Cornejo Serrano: es el gran operador de la construcción de Dos Bocas. Y así, Cornejo pasó de ser el brazo derecho de Emilio Lozoya a ser el brazo izquierdo de Rocío Nahle.

    Flores y Cornejo, en mancuerna, habrían procesado los contratos PEP-IR-S-GCSEYP-085-87002-20-1 y PTI-ID-S-006/2019. Uno en el Campo Ixachi de Pemex en Veracruz, otro directamente en la refinería de Tabasco. Hoy están bajo la lupa. 

    La refinería, mientras tanto, va de tropiezo en tropiezo. Fuentes oficiales me confirman que en las últimas reuniones de Consejo de Administración de Pemex ha quedado en las minutas que Dos Bocas ya anda rondando los 11 mil millones de dólares de costo. Hay que recordar que la promesa inicial del presidente López Obrador fue que costaría 7 mil millones. Y sobre su fecha de inauguración, se expuso ante los consejeros que será un arranque meramente simbólico, un corte de listón para tomarse la foto, pero que no va a estar terminada la refinería. 

    ¿Estará bajo la lupa también el negocio de los camiones que transportaron toneladas y toneladas de tierra en el sitio donde se construye la refinería? Porque apunta a uno de los encumbrados personajes de esta singular trama.

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