En un espectáculo celestial de proporciones impresionantes, el norte de México se vio sumido en más de cuatro minutos de oscuridad repentina debido a un eclipse solar que recorrió la región. Este fenómeno astronómico, que abarcó una franja de aproximadamente 200 kilómetros de ancho, inició su recorrido en el Pacífico mexicano, atravesó el centro de Estados Unidos y culminó su trayectoria en el Atlántico, tras atravesar el este de Canadá.
Mazatlán, en el estado de Sinaloa, fue el punto de partida en tierra firme donde se proyectó por primera vez la sombra del eclipse. En esta localidad costera, la fase total del evento alcanzó la sorprendente duración de 4 minutos y 20 segundos, ofreciendo una experiencia sin igual a los espectadores que se congregaron para presenciar este fenómeno astronómico. Por su parte, en Torreón, ubicado en Coahuila, la Luna bloqueó la luz solar durante 4 minutos y 10 segundos, proporcionando otro momento inolvidable a los observadores.
En el resto del país, el eclipse solar se observó de forma parcial, con la Luna cubriendo el disco solar en un rango que oscilaba entre el 99% y el 42%. A pesar de no experimentar la totalidad del eclipse, los residentes de estas regiones aún disfrutaron de un espectáculo celestial único que dejó una marca indeleble en sus mentes.
Este fenómeno astronómico no solo ha sido un evento memorable para los habitantes del norte de México, sino que también ha capturado la atención de millones en todo el mundo, recordándonos la belleza y la majestuosidad del cosmos. A medida que nos maravillamos con estos eventos celestiales, también nos inspira a reflexionar sobre nuestro lugar en el universo y la importancia de explorar y comprender los misterios que nos rodean.