Las históricas elecciones del 6 de junio demostraron que nuestra democracia funciona. El Instituto Nacional Electoral, afirmó que 52 % de los 95 millones de electores, salieron a votar el domingo, estableciendo un récord, pues usualmente no sucede así en las elecciones -conocidas como intermedias-, en que no se vota por presidente de la República y el interés suele ser menor.
El voto ciudadano organizado y registrado, se emitió a lo largo y ancho del país donde la gente decidió de manera democrática y plural, el tipo de gobierno y representantes en los que desea depositar su confianza; un ejemplo es Quintana Roo, donde 8 ayuntamientos fueron para Morena y su coalición y 3 para PRI, PAN y PRD, dándose además la alternancia en algunos de ellos.
La Ciudad de México resultó ser la sorpresa de la jornada; pues los capitalinos acudieron a las urnas como no había sucedido desde 1997, en que el PRD de Cuauhtémoc Cárdenas logró el carro completo con una votación del 57.69%; convirtiéndose, el entonces Distrito Federal, en el bastión de la izquierda en nuestro país. Este nivel de participación no volvió a suceder en las elecciones intermedias, hasta ahora en que la capital del país partió su corazón en dos, pues de las 16 alcaldías en que está organizada la ciudad, la oposición gano 9 y el partido del gobierno retuvo 7.
Esto nos deja en claro que lo mejor de la democracia, es que el voto es la manera de caminar en la dirección correcta de forma colectiva y plural. Es la herramienta para poder sustituir a los dirigentes cuando los electores sienten que no están cumpliendo con sus expectativas conforme a lo prometido y encuentran, que a través del voto tienen la posibilidad de elegir mejores candidatos.
Mi voto es porque en la próxima elección, haya todavía una mayor participación ciudadana para que hagamos de nuestro país, un estado de derecho verdadero, en el que no haya inseguridad ni muertes de candidatos, como ocurrió en este proceso de manera muy lamentable. Desde estas líneas me solidarizo con las familias afectadas de las candidatas y candidatos de todos los partidos, y deseo realmente que las próximas elecciones sean pacíficas y que esto no se repita.
El voto vale; y junto con el INE son el tesoro más valioso; y los Partidos habrán de depurarse porque no hay democracia sin partidos. Todos los que desaparecieron y los que quedan a l frente, tienen la gran responsabilidad de hacer partidos fuertes, que sustentan la verdadera democracia; sustentan a nuestro Régimen Republicano.