Como diseñadora y mamá, sé que las habitaciones de los más pequeños deben ser un lugar especial y lleno de magia, en donde además de jugar sientan que es su lugar favorito en todo el mundo, porque se sienten libres y seguros. Así como los adultos merecemos espacios que nos transmitan paz y armonía, ellos necesitan lo mismo.
Pero si no sabemos cómo comenzar y cuáles son los puntos más importantes que debemos tener en cuenta, este artículo es lo que tanto estabas buscando.
Lo primero que necesitamos hacer es definir el estilo que se acople a nuestras necesidades y a las de nuestro hijos; generar ideas con imágenes. En este punto es muy importante que los más pequeños comiencen a participar, obviamente no les dejaremos tomar todas las decisiones, pero sí podemos mostrarles algunas ideas, que escojan colores, algunos muebles o artículos de diseño para que se sientan parte de este gran proyecto. La idea es crear un espacio donde se refleje su personalidad y se sientan felices de jugar, estudiar y dormir en este lugar.
Hay que considerar que los niños crecen rápidamente y que sus gustos pueden ser volátiles en muy poco tiempo, por lo que es importante que se diseñe de una manera más neutral, sin llenar -por ejemplo- sus paredes con un papel tapiz de su personaje de caricaturas favorito o su edredón con este tipo de imágenes, ya que tal vez- a lo largo de los meses se cansen y pidan que lo quiten por que ya no les gusta. Una buena opción es imprimir litografías con alguna temática que les guste y mandarlas a enmarcar, de esta manera podrás sólo cambiar la imagen.
Para los muebles sugiero que sean de madera de nogal, tzalam, roble o más clara como el maple, pino o abedul. Son atemporales y no pasarán de moda, por lo que son una gran opción para niños de cualquier edad.
Otra opción es escoger colores neutros, como blanco, gris, café o negro; este último dependerá de cuánta luz tengas para no oscurecer la habitación.
Diseña pensando en tu hijo, los niños necesitan mucho espacio para jugar, moverse, crear cosas y jugar con sus amigos. No sobresatures sus espacios con muebles o artículos innecesarios. Enséñales a tener orden. Puedes incluir en el diseño, cestos de mimbre o tela, así como cubos o cajones para almacenar, para que se acostumbren a guardar sus juguetes y vuelvan a tener una habitación espaciosa y ordenada. Recuerda que el orden siempre nos ayuda a crear una sensación más amplia, sin importar que el espacio sea reducido.
Trata de no utilizar colores muy oscuros, muy chillones o exceso de combinación, no ayudan a la concentración y suelen estimular nuestros sentidos. La idea es crear un espacio donde se respire calma y por esa razón hay que escoger colores claros o pasteles, como lila, rosa palo, azul pastel, turquesa claro, etc. En este punto tu hijo debe dar su opinión. Seguramente tenga un color favorito que le encantaría ver en alguna pared, textura o artículos decorativos. Los tonos claros siempre aportan amplitud visual, puedes usar un color base como blanco, beige o gris clarito y combinarlo con algun tono frío (azul, verde y morado) o cálido (rojo, amarillo y rosa).
Y por último, presta suma atención a la iluminación, ya que influye en nuestras sensaciones, así como el color. Incluye lámparas o tiras de luces cálidas que causen una sensación acogedora al caer la noche. Si necesitas que realice actividades con mayor concentración utiliza una luz más blanca o tirando un poco a cálida. Podría ser la del techo o una lámpara de escritorio.
Ahora que ya tienes toda esta información, es momento de que te pongas manos a la obra y generen un recuerdo hermoso que será parte de su historia toda su vida. Ten por seguro que cuando crezcan recordarán con amor haber diseñado contigo sus habitaciones cuando eran niños; recuerdo imposible de olvidar.