Con 32 años viviendo en este lado del Caribe Mexicano, pertenece a una generación de jóvenes pioneros que están integrándose a la fuerza laboral de este destino, pero desde un sentido más responsable
“Cuando me preguntan de dónde soy, les digo que de Cancún. Mi familia me trajo entre las maletas, con dos años de edad. Sólo me faltó nacer aquí, pero eso es lo de menos porque he crecido, estudiado y trabajado muy a gusto. Cancún me ha dado demasiado”, comentó Eduardo, quien es originario de la Ciudad de México.
“Llegamos por invitación de una tía que trabajaba en Fonatur, pero mis padres buscaron sus propias oportunidades pues lo principal era darle a la familia un entorno natural que inevitablemente se modificó con el paso de los años”, dijo.
Su misión es transformar el paisaje arquitectónico de sus clientes, equilibrando modernidad con sustentabilidad -tendencia que rige al mundo- y que para él es prioridad al ser heredero de un paisaje que desea cuidar hoy, y compartir mañana, para el disfrute de nuevas generaciones.
“Con mucho orgullo puedo decir que fui de los primeros en estudiar en el kinder de la avenida Yaxchilán. Cursé la primaria en la escuela Alfredo B. Bonfil, a un lado del Parque de las Palapas. Vivíamos por el mercado 28; era un lugar seguro para que un niño de 10 años fuera y regresara a su casa caminando. Estudié la secundaria y la prepa en La Salle, en medio de la selva; no había nada alrededor”, comentó.
Sin tener una idea fija de su vocación, estudió Ingeniería. “La construcción me gustó mucho, pero lo que más disfruto es equipar los edificios con las instalaciones necesarias. Desarrollé una empresa especializada en todo eso: electricidad, aires acondicionados, conductos hidráulicos, es decir, ‘las tripas’ de un edificio. Durante la carrera estudié y trabajé, lo que me permitió participar en obras que hoy veo con gusto porque forman parte de mi historia. Contribuí, de alguna forma, a la del nuevo Cancún, y eso me enorgullece”, afirmó.
Primeras obras
Una de las primeras obras que aceptó fue el hotel B2B, desde entonces han pasado casi 15 años, y no ha dejado de construir: el hotel Aloft, en zona hotelera; el Four Points, en el centro; o en Puerto Morelos, El Cid. “Nos empiezan a buscar de otros lugares como Los Cabos, donde estamos haciendo parte del Hard Rock. Competimos constantemente con constructoras españolas, y lo curioso es que cuando me ven llegar se sorprenden porque esperan un adulto y no un chavo de 34 años, pero cuando les decimos todo lo que hemos hecho y cómo hemos convencido a los empresarios a usar tecnología sustentable, se deciden por nuestros proyectos. Tuve una anécdota con un cliente de Monterrey quien nos preguntó en qué tiempo haríamos su proyecto, si en dos meses de Cancún o dos meses de Monterrey, porque para él, sólo sus paisanos hacen bien las cosas. Le dimos una sorpresa porque lo terminamos antes de dos meses, y así levantamos el prestigio de la formalidad de los cancunenses, a la que espero se unan más personas”, afirmó.
“La experiencia que hemos tenido al diseñar edificios sustentables nos ha abierto muchas puertas y de esta forma contribuimos con el planeta, empezando desde nuestro entorno. Amo Cancún y ésta es una forma de cuidarlo”, señaló.
Tulum, destino líder
Comentó que uno de los destinos líderes que traen ese ‘chip’ es Tulum, donde es un requerimiento obligado. “Ojalá más lugares le den prioridad a este tema que lo único que nos traerá son beneficios a largo plazo. En Cancún por ejemplo, Puerto Cancún sólo acepta proyectos sustentables, y te exigen más porque venden no sólo lujo, sino responsabilidad con el entorno”, subrayó.
Aunque algunos de sus amigos están inmersos en la actividad pública, es un tema que no le inquieta porque tiene muy claros sus objetivos; admite que la experiencia le ha permitido mejorar sus servicios y eso es algo que pondría al servicio de quien le pida una asesoría en un momento dado, pero no de forma directa en medio de un cabildo o el mismo gobierno, él prefiere llevarlos a cabo y permear el tema entre los nuevos inversionistas para que juntos hagan un mejor Cancún o mundo.
“En el tema de construcción, a veces te da la ventaja ser local, a veces no, pero todo se mide con base a resultados. Sabemos que el servicio tiene un valor y siempre haremos que cualquier inversión sea benéfica para ambas partes: el cliente y la naturaleza. Nuestra ciudad es un lugar generoso en donde florece el trabajo y se consolida, gracias al prestigio y la formalidad de todo lo que hagamos. Por otro lado, tenemos proyectos personales para contribuir al medio ambiente como la colecta de pet entre nosotros mismos”, afirmó.
En lo personal, cuenta con poco tiempo para disfrutar de las playas, pero desde hace dos años le agarró gusto a la apnea en el mar o en cenotes, lugares perfectos para practicarla, prueba de ello es que los personajes mexicanos más destacados en esta rama viven y lo practican aquí.
Un término que ostentan con orgullo los primeros habitantes de esta ciudad, es el de ‘pioneros’, y lo valida Eduardo porque llegó a cumplir una función específica que no había quién la desempeñara en ese entonces, sin embargo, muchos de sus amigos llegaron sin ninguna misión, y la vida les ha marcado el camino; algunos se quedaron a vivir, otros se fueron, pero sus más cercanos hoy son generadores de fuente de trabajo, aportan cosas nuevas a la ciudad, tienen otra visión y eso les ha permitido desarrollar un sentido de pioneros en otras áreas, por lo que nosotros apoyamos ese sentimiento que alberga de ‘nuevo pionero’.
Su trabajo está cuidando un nuevo Cancún que seguramente tendrá resonancia en los próximos años como un destino comprometido con el medio ambiente; los premios, la experiencia y los nuevos proyectos, así lo demuestran.