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    OpiniónCuervitos y zopilotes asustados: Trixia Valle

    Cuervitos y zopilotes asustados: Trixia Valle

    Opinión

    Dicen que las desgracias ocurren con el único propósito de voltear nuestros ojos hacia lo importante y recordarnos lo que somos, lo que hay en nuestro corazón, lo que en verdad importa y ver de nuevo en todo a Dios. Así nos sucedió este martes con el huracán Delta en Quintana Roo y la vida se detuvo por un momento.

    Sin embargo, los zopilotes somos muy propensos a reflexionar y apreciar todo de forma distinta en esos momentos complicados y luego olvidar el asunto tras la rutina y las ocupaciones de la vida que nos llevan de llamada en llamada, de cita en cita y de pendiente en pendiente…

    Así, por ejemplo, cuando se enferma uno de nuestros cuervitos y, de pronto, toda la atención y cuidados se torna en ese cuervito, haciéndolo sentir único y especial; más cuando se alivia, volvemos al ‘corre-corre’ y la atención de diversifica de nuevo. Así, ¿qué aprenden los cuervitos? Captan el mensaje de que cuando tienen problemas, desatan el radar de miedo de los zopilotes y entonces les hacemos caso, los apapachamos y el mundo se torna en ellos, pero cuando se alivian y todo está bien, no les prestamos la misma atención.

    Este mensaje, también fue recibido por nosotros los zopilotes, quienes también fuimos educados así en la cultura mexicana, donde el drama tiene un gran poder de atención para que todo el mundo se detenga y así sentirnos especiales. Entonces, ¡y ahí el problema! Es que aprendemos a pedir amor con los gritos equivocados, con los gritos del drama, los gritos del dolor, los gritos de la desesperación y por supuesto que desde la cuna aprendemos que la recompensa secreta de los problemas es que ‘ahí es cuando nos quieren más, donde nos apapachan y donde más nos cuidan’. Así nuestro subconsciente puede ir buscando problemas innecesarios con tal de recibir ese apapacho vamos por la vida.

    Nosotros, los zopilotes, podemos cambiar ese chip. Podemos hacer sentir únicos y especiales a nuestros cuervitos de forma distinta y que aprendan el lenguaje del cariño a través del amor, y no del miedo o el drama. Aquí algunas ideas:

    Haz este ejercicio por separado, es decir, con cada cuervito.

    Puedes elegir un día a la semana sin razón alguna para hacer su día especial donde toda la familia hará cosas por ese cuervito y luego le tocará a otro.

    Otra idea es dedicarle las 5 de la tarde como la hora de ‘cuervito 1’ para jugar 30 min sólo con él/ella.

    También podemos tomarnos el tiempo de poner ‘los 10 minutos para dar gracias por tener un cuervito tan maravilloso’ y concentrar esos minutos agrazarlos y decirle cosas hermosas

    Lo importante de estos tips, es llevarlos a cabo de forma constante, es decir, que se haga un hábito en nuestra vida el estar cerca y darle a cada uno su momento especial, para así romper con la idiosincrasia de que «el drama te da amor» y cambiar toda una generación de cuervitos que comprendan que el lenguaje del cariño ES EL AMOR y no el dolor.

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