27 C
Cancún
Más
    OpiniónCon Precaución sin miedo al Covid: Paulina Mérigo

    Con Precaución sin miedo al Covid: Paulina Mérigo

    Opinión

    Desde marzo todo gira en torno a la salud en su más amplio significado. La búsqueda de bienestar no solo físico, sino también mental y social hoy es una prioridad.

    Ha sido una adaptación obligada y continua a nuevas rutinas, como el llevar la mascarilla, el gel anti bacterial y cambiar o abandonar  otras como visitar lugares aglomerados, saludar de beso o mano entre otros.

    Tal vez para algunos no ha sido muy difícil adaptarse mientras que para otros ha requerido un gran esfuerzo para cambiar, saber respetar las distintas posturas y aprender a relacionarnos con el distanciamiento social.

    Hemos asumido por fin que somos realmente vulnerables. Hay personas a las que la situación les genera pánico, terror, fobia, no poder controlar, enfermarse o que enferme algún ser querido. Hay otras personas que tienen miedo, pero sin bloquearse.

    La diferencia entre unos y otros está en cada cabeza, en cómo se vive la sensación de amenaza y la sensación de seguridad basada en la aceptación radical. El asumir que me pasará lo que me tenga que pasar, que en toda vida hay riesgo y que enfermar forma parte de nuestra naturaleza. 

    Para algunos epidemiólogos esto no se ha acabado se habla de un rebrote mucho mayor. Esto altera a muchas personas, y da pie a que mantengan una continua alerta interna, donde uno no se puede relajar. Esta hipervigilancia no previene ni mejora la situación, es un estado de alarma ineficaz ya que nos mantiene en un estado de alterna y obseción que nos  genera estrés y esto baja nuestras defensas y afecta a nuestro sistema inmune.

    La obsesión es como el miedo, no son buenos consejeros y confunden el prevenir con garantizar. Debemos tomar medidas de seguridad pero sin obsesionarnos, cuidado de nosotros y nuestro seres queridos pero poder aceptar de forma sana y atrevida que nos pasará lo que nos tenga que pasar, por que no somos invencibles.

    Si asumimos cierto riesgo como positivo, como parte de la vida, es menos amenazante. Antes del virus ya había múltiples riesgos.  Siempre los ha habido.

    Hemos de aprender a vivir con lo no controlable, que es casi todo, y a controlar nuestra cabeza, que es lo más importante para actuar y que actúe de forma adecuada. Entrenemos la mente, trabajemos y hagámosla fuerte.

    Lo inesperado puede pasar en todos los sentidos y cualquier día y si estamos preparados la capacidad de adaptación es espectacular.

    Lo que nos decimos y lo que pensamos sobre lo que nos sucede es más importante y nos afecta más que estar o no enfermo.

    Es un momento ideal para contar hacia delante, para hacer aquello que queremos, para dar otra mirada a la realidad de nuestras vidas, aprender a vivir el HOY!

    Recientes