Ciencia y política, mundos separados

Los disturbios de la semana pasada en los Estados Unidos de Norteamérica a causa del asesinato de George Floyd, ciudadano estadounidense afroamericano en manos de la policía de Minneapolis, coincidieron con el exitoso lanzamiento de la nave Dragón Endeavor, de SpaceX empresa privada de Elon Musk -el inventor de los autos eléctricos Tesla- que, en conjunto con la NASA, colocaron por vez primera una misión tripulada por 2 astronautas en el espacio.

Resulta desconcertante presenciar -por un lado- un avance científico de la humanidad mediante la suma del progreso tecnológico y la cooperación mutua entre gobierno e iniciativa privada; mientras que el otro lado; suceden violentas manifestaciones por el artero asesinato de Floyd en manos de un policía que con abuso de poder lo tuvo sometido bajo su rodilla hasta quitarle la vida. Observamos los polos opuestos de la mente humana que igual puede elevarse hacia el conocimiento como descender hasta el primitivismo irracional. Ello constituye un choque brutal de realidades que convergen en un país que está en la antesala de las elecciones presidenciales.

En este entorno, hay quienes interpretan el evento espacial como distractor ante la pérdida de popularidad del presidente Donald Trump -quien buscará la reelección-; agravada por el incremento de las muertes de más de 110 mil estadounidenses por el Covid-19 y la pérdida de 40 millones de empleos por la parálisis económica, las manifestaciones, -mayormente contra el racismo y el abuso de autoridad-, que se replicaron por todo el país. En Washington el servicio secreto tuvo que llevar a Trump al Bunker contra terrorismo ubicado en el sótano de la Casa Blanca, mientras manifestantes amenazaban con tirar la reja de la entrada lanzando objetos y desoyendo el toque de queda. En un hecho inédito pero significativo se apagaron las luces de la Casa Blanca, lo que no sucedía desde 1889. Las protestas antirracistas se desbordaron y extendieron a otros países como Reino Unido, Suecia y los Países Bajos.

Se presenta un panorama muy complicado y se teme que estos sucesos enciendan la mecha a nivel global; ya que al igual que en Europa, las protestas podrían extenderse en América Latina en donde existen similitudes con los Estados Unidos como la pérdida de millones de empleos, altas tasas de mortandad por el Coronavirus, líderes populistas aplicando políticas supremacistas que dividen y confrontan a la población civil y para colmo, tiempos preelectorales.

Me despido y les recuerdo, que ya que estamos en semáforo anaranjado de todas maneras hay que cuidarnos. Quienes pueden, quédense en casa, sobre todo quienes son personas que están categorizadas en riesgo, solo así saldremos adelante. Les invito a seguirme en Twitter @Cristinalcayaga