Cancunenses en Cancuníssimo

Desde sus orígenes, Cancuníssimo ha dado voz a los protagonistas del destino. Acompañante de los cambios en los últimos 30 años, son ellos quienes han vivido como ha cambiado el mundo, México y Quintana Roo. Sus voces, tienen el privilegio de ser contadas desde el protagonismo de sus actividades en diversos ámbitos.

Pepe Arce 

Pepe Arce

Cancún se transformó en un destino deportivo.

Llegué a Cancún en 1987 y he visto la evolución de nuestra ciudad y del estado, me siento profundamente honrado de poder contar la historia de tesón y tenacidad de cientos de deportistas, muchos de los cuales hemos visto en las páginas de Cancuníssimo. Y es que Quintana Roo pasó de ser un paraíso con potencial deportivo, a un destino de élite con la conectividad e infraestructura óptimas para ser sede de eventos internacionales; de un lugar cuyos deportistas hace 30 años albergaban muchos sueños, a un estado que ha alcanzado primeros lugares en pódiums de México y el mundo.

Queríamos un equipo de primera división y tuvimos al campeón de la Liga Mx en 2007, Atlante; quienes iban a los partidos en el Jacinto Canek imaginaban un equipo de baloncesto profesional ganador y ya fuimos campeones de la Liga Nacional de Baloncesto Profesional y de la Liga de las Américas con Pioneros de Quintana Roo. Poco más de tres décadas han pasado desde que el Toro Valenzuela inauguró el parque que lleva su nombre y hoy es dueño de Tigres de Quintana Roo. Hemos sido anfitriones de campeonatos mundiales de aguas abiertas, ciclismo Gran Fondo, copas del mundo de triatlón y hoy por hoy casa, del Iron Man.

Una vez que superemos la gran prueba del COVID19 veremos regresar eventos que como periodista he cubierto y extraño, pero están ahí esperando por Quintana Roo. Como cronista de la Federación Mexicana de Triatlón, quiero volver a ver esa competencia en Playa del Carmen o Calderitas; con el equipo de transmisiones del Consejo Mundial de Boxeo quiero ver las funciones llenas de fanáticos disfrutando el espectáculo. ¡Cada deporte tiene un espacio aquí!

En estos 30 años del recuento, muchos hombres y mujeres han sido fuente de inspiración, como Joselito Velázquez, Carlos Sansores, o Iris Mora, que en estas páginas hace años relató que creció viendo futbol varonil, pero sabía que como mujer no era imposible triunfar, y lo dejó muy claro como capitana de la Selección y con el gol más bello del que da cuenta una placa con su nombre en el Azteca.

Hoy tenemos 36 deportes organizados ante la CONADE, resultado del talento de las y los deportistas, desde los más pequeñitos en ligas como la Cañedo, hasta quienes han probado las mieles de un mundial. Junto con ellos, sus padres, entrenadores, instituciones educativas, los involucrados en las ligas, así como quienes hemos sido testigos de su dedicación, hemos escrito estas páginas que, sin duda, seguirán multiplicándose.

Indra Rojo

Indra Rojo

Cuando era niña y adolescente, durante los 1980, a mi familia le encantaba pasar las vacaciones acampando en Tulum. Cuando se nos acababan las provisiones, tomábamos un día entero para venir a ‘la ciudad’ de Cancún. Mis álbumes y mi memoria están llenos de imágenes bellísimas del mar, las playas vírgenes, los hermosos cenotes, la selva espesa, el arrecife con infinidad de peces y corales, de Xel-ha y Xcaret antes de que se convirtieran en grandes parques temáticos. Todo era tan natural, rústico, tranquilo, seguro, limpio…

Por muchos años dejé de venir por acá, y cuando me ofrecieron trabajo en Cancún en 1997, decidí venir a probar fortuna por 3 meses, y aquí sigo.

El Cancún de ese año era muy diferente del que recordaba, y es aún más diferente del que es ahora. Desde hace más de 18 años empecé a involucrarme en temas de voluntariado y ayuda comunitaria, y desde la creación de la página en Facebook, Love Cancún, en 2010, mi relación con los grandes problemas de esta ciudad tan joven se hizo más estrecha. Noté las enormes carencias de la población más vulnerable, la falta de apoyo al sector cultural, y aún más grave, el deterioro ambiental. 

Este último es causado, en gran parte, por un exagerado y súbito aumento de la población, sumado a la desmedida ambición de quienes han devastado manglares y selva para generar una sobreoferta de casas y departamentos que invitan a una aún mayor y desordenada sobrepoblación, tanto en las áreas urbanizadas, como en el creciente cinturón de pobreza que rodea nuestra ciudad.

¡Hoy somos casi un millón de habitantes produciendo 1,500 toneladas de basura todos los días, y menos del 10% se recicla! Lejos de sentirme impotente ante este aterrador fenómeno y triste futuro, decidí formar parte de la organización de las limpiezas de playa con Ocean Conservancy, y dedicarme casi de lleno a la difusión ambiental por medio de 1 m3 x el Planeta, proyecto, talleres y nueva página en Facebook dedicada a ofrecerle alternativas a la población cancunense de cómo puede aprender a separar sus residuos, hacer composta, y otras acciones específicas y sencillas que disminuyen drásticamente su producción de basura (hasta en un 90%), y de manera natural empiezan a adquirir mayor conciencia acerca de su entorno.

Muy afortunadamente, el discurso ambiental está muy vigente en esta ciudad; contamos también con varias opciones para disponer correctamente de nuestros reciclables por medio del Reciclatón, Pepenice, Recolecta México, y hasta de los desechos orgánicos, según anuncian algunas iniciativas en redes sociales. 

¿Qué falta entonces? Darnos cuenta de que todos somos parte de problema, y que podemos empezar a ser parte de la solución. La información ya está, y las soluciones son fácilmente accesibles; solamente falta la voluntad quese manifieste con acciones concretas, y podremos así seguir disfrutando de la belleza y riqueza natural que han hecho de nuestra ciudad unos de los destinos de playa más importantes del mundo, y un lugar privilegiado para vivir.

Francisco Verdayes

Francisco Verdayes

Cancuníssimo, un referente obligado para entender la historia de Cancún.

En sus tres décadas de vida, Cancuníssimo ha sido fiel registro de una sociedad exitosa, altamente competitiva y retadora ante la adversidad. ¡Y vaya que ha habido varios momentos de estos en nuestra historia!   

Es una publicación exquisita y no tengo nada qué reclamarle. Al contrario, me siento orgulloso de que en Cancún tengamos ediciones de este nivel, con la calidad visual que se tuvo desde aquel primer número, cuando en la portada apareció la imagen de Tiziana Roma, en una foto de la autoría de Ángel Bravo.

Hoy las condiciones son diferentes. La publicación ha entrado al mundo de la digitalización, la virtualidad y las redes sociales, y el proyecto editorial, contrario a lo que pudiera pensarse, se ha fortalecido, pues su radio de influencia ha aumentado. Nunca me lo han dicho, pero sobreentiendo que Cancuníssimo nació con la vocación de mostrar lo más destacado de Cancún. Yo sé que muchos dirán que es exaltadora de egos, pero como periodista e historiador este esfuerzo editorial me ha permitido conocer y analizar un nivel social al que no pertenezco.

Como investigador podría quedarme en la narrativa de las clases baja y media que, si bien son de suma importancia, estaría ignorando acontecimientos relevantes de los que la ciudad no tiene conocimiento, de no ser por el estupendo trabajo informativo que realiza el equipo que comandan Vicente y Margarita Álvarez Cantarell.

Insisto, si como historiador me enganchara en posturas clasistas, estaría perdiendo el 50 por ciento de la apasionante historia de la ciudad. Gracias a Cancuníssimo puedo estar al tanto de esas historias de éxito. De la cantidad de hombres y mujeres que llegaron a este destino turístico sin mayor capital que su ilusión y su enorme determinación para salir adelante.

Alejandra Flores 

Alejandra Flores

Cancún significa: “cuatro conjuros”. Kan, cuatro; y kun, contracción de la palabra kunal, que significa oración, rezo o conjuro. Como amante de las palabras, parto de la etimología para comprender lo que se nombra y así, amarlo.

Pienso y nombro: “Cuatro conjuros”, y a mi mente viene la salutación del caracol a los cuatro puntos cardinales. Los dioses tutelares acuden al llamado, y también los hombres y las mujeres del norte, sur, este y oeste; cada cual con su lengua, su comida, su vestido, su conocimiento, su arte, y también su asombro. 

La cultura en Cancún es así, el resultado de la migración; en ella se cimientan los rasgos multiculturales de nuestra identidad. Desde su fundación, el artista en ciernes y también el de amplia trayectoria, acudió al llamado. No se entendería el crecimiento del turismo en esta ciudad sin la recepción de un mariachi, sin un espectáculo nocturno, sin un mural o una escultura monumental.

Solo que el arte y las expresiones culturales no se restringen al turismo. Los artistas son parte de la ciudadanía y en su quehacer, dan alma y espíritu a una ciudad en la que, sin embargo, son invisibles. Llevamos, al menos, tres décadas de retraso en materia de política cultural y la evidencia es la falta de infraestructura cultural para atender, no solo a sus artistas, sino a sus habitantes. 

Hace treinta años que en Cancún se añoran los teatros, las salas de conciertos, las galerías, los cineclubs de otras tierras. Hace treinta años que la cultura se mueve desde la ciudadanía, que un lobby se torna en galería, una palapa en sala de conciertos, un parque en un teatro, o un corredor, en efímero paseo escultórico. 

Es cierto, han sucedido grandes capítulos en la historia cultural de nuestra ciudad, como la creación del Patronato para los Jóvenes de Cancún, que dio origen a la Casa de Cultura; o la creación del Instituto para la Cultura y las Artes de Benito Juárez a la que está adscrito el Teatro 8 de Octubre; hitos como la apertura del Teatro de Cancún, el Museo Maya, el Planetario Ka’ Yok’ o la Biblioteca de la Crónica. Sin embargo, la añoranza persiste porque esa mínima infraestructura cultural es groseramente insuficiente.

En los últimos años han abierto y quebrado cineclubs, librerías, galerías, teatros. Y es así porque, para que el arte y la cultura sean estimulados como una industria, se requiere de la fortaleza de cinco titanes en comprometida sinergia: el creador, el promotor, el mecenas, el productor (IP-Gobierno), el comunicador y las audiencias. 

Después de medio siglo de historia, es desconcertante que nuestra ciudad, el destino turístico más importante de México no cuente con una infraestructura de primer mundo. Seis lustros de retroceso y olvido. Se dicen fácil, pero duelen más cuando se piensa que son al menos tres generaciones de cancunenses sin acceso al arte y la cultura; niños, niñas y jóvenes sin posibilidades de ejercer, con dignidad, sus derechos culturales. 

Durante los años más recientes, los festivales artísticos y culturales se han abierto paso gracias a las iniciativas ciudadanas. Todo lo que se ha generado a través del gobierno municipal o estaztal para nuestra ciudad, desaparece. El Festival Internacional de Jazz, el Festival Internacional de Caribe, el Festival Internacional de Cine… ya no existen. La ignorancia, la improvisación y la demagogia son el común denominador. 

Sí, el Estado y el Municipio comprenden que invertir en las industrias creativas es vital para detonar el desarrollo turístico y social, solo que no saben cómo hacerlo, y mucho menos cómo implementarlo a gran escala ni a largo plazo. Diseñan en el aire, sin trabajo de campo, sin especialistas de a pie, sin incluir a los protagonistas del arte y la cultura en estas tierras.

Son tiempos de cambio, de observar hacia los cuatro puntos cardinales y aprender de las buenas prácticas nacionales e internacionales. Son tiempos de entender al arte y la cultura como parte de una industria de transformación social, cuyos alcances incluyen la prevención, la contención e incluso, la disminución de la violencia, la delincuencia, el suicidio, la soledad y la desesperanza. 

Son tiempos de ver al arte y a nuestra cultura como un bien patrimonial tangible e intangible, como un pilar indispensable para la salud física y mental porque, insisto, no son una distracción ni un ornato ni una pose. Son una herramienta vital de expresión; un catalizador para la locura que provoca la pandemia; un oasis de cordura y una luz de esperanza. 

Sueño con el día en que los cinco titanes: artistas, promotores, mecenas, productores (IP-Gobierno), comunicadores y audiencias, unamos voluntades a favor de nuestras industrias creativas. ¿Lo verán nuestros ojos? Si al leerme, usted puede imaginarlo, entonces es posible. El día en que esos titanes nos levantemos juntos, convertiremos a Cancún en la capital cultural que el Caribe Mexicano merece.

Federico López

Federico Lopez, Taller Gourmet

Cancún es una ciudad en crecimiento y en constante cambio. Es el punto de llegada de turistas primerizos  y frecuentes  o de viajeros en búsqueda de una aventura o tal vez un nuevo lugar dónde comenzar, para llamarlo hogar, pero en su visión gastronómica que es lo que me corresponde compartir con ustedes, mucho ha cambiado últimamente, desde mi llegada hace 17 años, donde he sido testigo de su gran avance y desarrollo en la región, no solo por el reconocimiento en sus restaurantes dentro y fuera de  la  infraestructura hotelera, que ya era de buena fama en los 90, pero no enfocada a la gastronomía local, sino replicando los éxitos internacionales de los grandes destinos. Esto lo convierte en un punto de eje en el crecimiento exponencial de la cultura gastronómica de la península de Yucatán.

Considerando cómo nos comunicamos y nos apoyamos los chefs en la región no solo la cocina peninsular ya tiene una identidad más allá de una fama local o regional. Esta ya se encuentra posicionada en los escaparates internacionales, siendo referencia de inspiración para muchos cocineros y foodies de todo el mundo. Asimismo, como destino turístico ya somos un escaparate, porque como cualquier ciudad joven, le da el paso a las nuevas generaciones para abrirse camino, innovar, experimentar y crear lo que ellos en su momento consideran su sueño.

Con esa misma fuerza, este lugar me invitó a llegar en 2004. Su gastronomía en ese entonces no era muy clara, la oferta internacional prevalecía sobre la local, los tesoros de su gastronomía regional estaban todavía muy bien guardados entre los lugareños y sus pobladores. Con el tiempo, el quehacer cotidiano invitó a que se crearan festivales, congresos, cenas y espacios gastronómicos, donde grandes celebridades veían a Cancún y sus ciudades hermanas, Playa del Carmen, y ahora Tulum, como un lienzo en blanco para mostrar su talento gastronómico. 

Hoy en día, el destino ya es un referente en este rubro; las generaciones que están en el escenario gastronómico ya encontraron esos productos de la selva maya, esos sabores de sus costas y sobre todo la identidad de libertad que caracteriza al lugar. 

La generación de chefs y cocineros son una manifestación de esto que hablo. Ya en los hoteles y restaurantes no solo se habla de un menú para turistas, sino de menús de degustación, platillos con talento propio y con producto local; también es escenario de los mejores productos que pueden llegar al país de todas sus regiones o los más valorados en el repertorio internacional.

Los productores de todo el país ven a la región como una vitrina para promover sus productos. De igual manera, ya no esconden las bondades de su flora y fauna como un producto marginado, sino que buscan ser utilizados por las manos de los actores gastronómicos de la región. 

Hoy en día, el destino se está perfilando para tener la mayor concentración de talento gastronómico, como el que las grandes ciudades siempre han presumido por su riqueza en comensales dispuestos a experimentar los sabores e ideas de los artistas gastronómicos del momento.