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    Arte y CulturaCancún, un espíritu pionero de 51 años

    Cancún, un espíritu pionero de 51 años

    Opinión

    Por: Carlos Castillo

    Cancún nació con una vocación muy clara y con un camino trazado, con un plan casi utópico, pero hubo, en la planeación, un par de fallas importantes: no consideró el crecimiento, ni midió el éxito de esta ciudad.

    Cancún, un espíritu pionero de 52 años

    Es muy difícil creer que una ciudad de 51 años ya terminó su etapa de nacimiento, de fundación. Dicen que, por cada año humano, los perros viven 7 años. ¿Cómo, entonces, podrían contarse los años de vida de una ciudad en relación con los humanos? Sin poner en duda la jovialidad que viven acá los cincuentones (conozco ‘jóvenes’ de 80 años), estoy seguro que no tenemos una ciudad de 51 años humanos. Sé que somos más jóvenes que eso.

    En mi opinión, cada año de los primeros 51 de Cancún equivalen 2.5 años humanos, aproximadamente. Con una desaceleración deseada en los años venideros, tal como sucede en ciudades más antiguas, y considerando mis cálculos, en el sentido físico Cancún tendrá apenas unos 21 años. Ya dio el estirón y dejará de crecer… (¡por suerte!: nuestro territorio ya no soporta más concreto). Pero además que se detiene el crecimiento físico, nuestra ciudad ya reconoce todas sus partes, su identidad y las problemáticas de todas sus áreas.

    Podríamos pensar que a nuestra ciudad le pasa lo que a un universitario de 21 años que está encontrando apenas su camino, su vocación. Pero Cancún nació con una vocación muy clara y con un camino trazado, con un plan casi utópico. Se trataba de una ciudad de comunidad, de peatones y ciclistas, de vecinas y vecinos que se encontraban en andadores, jardines y mercados. Una ciudad de restricciones que permitían ventilaciones cruzadas, rodeados de árboles y la presencia de animales selváticos.

    Pero hubo, en la planeación, un par de fallas importantes: no consideró el crecimiento, ni midió el éxito de esta ciudad que nos llevaría, pasado casi medio siglo, a ser casi 1 millón de habitantes. Crecimos un poco feo. Como los adolescentes. Pero ya entrados los veintes vamos agarrando forma. Ahora que podremos reconocemos y frenaremos el crecimiento físico, nos toca ponernos guapos. Sin embargo, hablar sólo del aspecto físico sería algo muy superficial. Nuestra ciudad tiene un espíritu. El espíritu de los hombres y mujeres que llegaron en sus veintes y sus treintas a construir nuestra ciudad. Un espíritu aventurero, inquieto e inconforme. ¡Un espíritu que venía a construir la mejor ciudad del mundo! A ese yo le llamo, tal como lo llamó uno de los creadores de Cancún, don Antonio Enríquez Savignac, el espíritu pionero.

    Ese espíritu con el que nace nuestra ciudad impera hoy en otras generaciones, en los jóvenes que nos sabemos parte del nacimiento de nuestra ciudad, los jóvenes que no estamos heredando nada terminado y reconocemos que también somos los creadores de Cancún.

    Ese espíritu está presente en tantos jóvenes. Lo encuentras en Pedro González, Paulina Sánchez, Jonathan Smith, Daniel y Regina Rodríguez y también en Mar Aldana. Lo encuentras en Patricia Linage, Luis Velasco, Gracia Alzaga, Román Rivera y Luis Durán. El espíritu pionero late en el corazón de tantos y tantas jóvenes que con sus acciones aventureras, inquietas e inconformes sabemos que estamos construyendo la mejor ciudad del mundo.

    Cancún hoy cumple 51 años en el calendario. Pero con su joven espíritu pionero, sabemos que lo mejor está por venir.

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