En una decisión trascendental, el CEO de Boeing, Dave Calhoun, reveló el lunes su intención de retirarse de la compañía a finales de este año, marcando un hito significativo en la reorganización de la alta dirección de la empresa. Esta medida se produce en consonancia con la salida del presidente de la compañía y el líder de la unidad de aviones comerciales.
Larry Kellner, presidente de Boeing, ha optado por no buscar la reelección como director del consejo. En su lugar, el consejo ha designado a Steve Mollenkopf, ex CEO de Qualcomm, para asumir este rol crucial.
Además, se ha anunciado la jubilación de Stan Deal, CEO de Boeing Commercial Airplanes. Stephanie Pope, quien desde enero ha desempeñado el cargo de Directora de Operaciones de Boeing, ocupará de inmediato el puesto dejado por Deal.
Boeing, una empresa líder en la industria aeroespacial, ha enfrentado desafíos considerables durante más de cinco años, incluyendo los trágicos accidentes del 737 Max en 2018 y 2019 que cobraron la vida de 346 personas. Más recientemente, el incidente en enero que involucró a un 737 Max de Alaska Airlines, donde se produjo la explosión de un tapón de puerta, dejando un gran agujero en el costado del avión, ha exacerbado la situación. Estos problemas han resultado en múltiples suspensiones de vuelo debido a preocupaciones de seguridad, así como pérdidas acumuladas que superan los US$ 31.000 millones.
En una comunicación dirigida a los empleados de Boeing este lunes, Calhoun describió el incidente de Alaska Airlines como un «momento decisivo para Boeing». Al anunciar su salida, afirmó: «Los ojos del mundo están puestos en nosotros. Vamos a abordar las deficiencias y restablecer el rumbo de nuestra empresa hacia la recuperación y la estabilidad».
Calhoun, de 66 años y miembro de larga data del consejo de Boeing, asumió la presidencia de la compañía a finales de 2019, tras la destitución de su predecesor, Dennis Muilenburg. Fue nombrado CEO después de la destitución de Muilenburg en diciembre de ese mismo año, y comenzó a desempeñar sus funciones en enero de 2020.
El mandato de Calhoun coincidió con un periodo crítico, aproximadamente a la mitad de una inmovilización de 20 meses de los 737 Max debido a un defecto de diseño que se identificó como la causa de los dos accidentes mortales. Además, su entrada en el cargo precedió al estallido de la pandemia de COVID-19 a nivel mundial, lo que provocó una virtual parálisis en los viajes aéreos y enormes pérdidas para las aerolíneas, las cuales son clientes fundamentales para Boeing en la compra de sus aeronaves.