El retraso en la aplicación de vacunas en México ha suscitado preocupación y críticas, según revela un informe reciente de la Comisión Independiente de Investigación sobre la Pandemia de COVID-19 en el país. Este documento destaca diversas razones detrás de este retraso, subrayando la falta de transparencia y la politización en el proceso.
El informe identifica seis situaciones críticas que han contribuido al problema. En primer lugar, las autoridades sanitarias no siguieron puntualmente las recomendaciones de expertos nacionales e internacionales. Además, se evidencia un trato preferencial hacia ciertos grupos, como los maestros, en detrimento de otros, como los médicos del sector privado.
Un aspecto alarmante fue la militarización y politización en la distribución de vacunas, utilizando agentes comunitarios vinculados a programas gubernamentales. La estrategia nacional de vacunación se caracterizó por un modelo centralizado que favoreció al partido en el poder, alejándose de una toma de decisiones basada en criterios técnicos.
El informe señala que el retraso en la aplicación de vacunas puede atribuirse a una combinación de factores, incluyendo fallas operativas y técnicas, escepticismo público hacia las vacunas y la politización del proceso. Se mencionan accidentes en la cadena de suministro y deficiencias en el manejo del equipo especializado como posibles causas de los retrasos logísticos.
El escepticismo hacia las vacunas, especialmente las de origen chino, ruso y cubano, también ha contribuido al problema. Datos del Ensanut 2020 revelan un nivel significativo de rechazo y escepticismo entre la población mexicana, especialmente entre ciertos grupos demográficos.
Por último, la politización y centralización del proceso de vacunación han generado problemas adicionales. La coordinación desde la oficina presidencial y la subsecretaría de Salud ha limitado la autonomía de los gobiernos estatales, dificultando la distribución equitativa de vacunas. Además, la naturaleza itinerante de los centros de vacunación ha generado barreras de acceso, especialmente en comunidades marginadas.
En conclusión, el informe de la Comisión Independiente destaca la urgencia de abordar estos desafíos para mejorar la eficacia y equidad en la distribución de vacunas en México. Se requiere una mayor transparencia, coordinación y enfoque en criterios técnicos para garantizar que la vacunación sea efectiva y justa para todos los ciudadanos.