La tensión entre Rusia y Ucrania sube cada vez más de nivel y la posibilidad de una guerra entre ambos países es más que latente. Y más ahora que este martes el senado ruso aprobó la petición del presidente ruso, Vladímir Putin, de usar las fuerzas militares fuera de su territorio.
Valentina Matvienko, presidenta de la Cámara Alta, fue la que explicó que el Consejo de Federación recibió por escrito la solicitud para el uso de las Fuerzas Armadas rusas en el extranjero. Por el momento, el despliegue de tropas en el extranjero sería para apoyar a los territorios separatistas prorrusos de Ucrania.
«Las negociaciones se han estancado. Los dirigentes ucranianos han tomado el camino de la violencia y el derramamiento de sangre», dijo el viceministro de Defensa, Nikolái Pankov, durante una sesión parlamentaria convocada a petición de Putin.
«No nos han dejado otra opción», añadió, y alegó que había «vehículos blindados pesados» de Ucrania frente a Donetsk y Lugansk, las dos regiones controladas por los separatistas.
Ucrania pide armas a los aliados
Ucrania ha pedido a sus aliados occidentales que le suministren más armas para hacer frente a la amenaza de una invasión rusa, declaró este martes el ministro de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba.
«Esta mañana le envié al ministro británico de Relaciones Exteriores una carta solicitando armas defensivas adicionales para Ucrania», dijo Kuleba en rueda de prensa en la embajada ucraniana en Washington, y añadió que también se las pedirá a Estados Unidos.
«Movilizaremos al mundo entero para conseguir todo lo que necesitamos para reforzar nuestra capacidad defensiva», agregó.