Por primera vez en mucho tiempo se posicionó a México por lo que somos los mexicanos; un pueblo amigable y hospitalario. Así me lo dijo Fernanda, la hija de Don Antonio Suarez; fundador de Grupo Mar, comercializadores del atún “Tuny” quienes rescataron a Timothy Shaddock, un australiano de 54 años que salió de La Paz, Baja California en su catamarán rumbo a la Polinesia Francesa ubicada a 5 mil millas de la costa entre México y Australia, pero una tormenta destrozó su vela y pronto se agotó el combustible del pequeño motor que tienen esas embarcaciones quedando a la deriva.
Timothy y su perrita apodada Bella, sobrevivieron dos meses de lo que pescaba y de aves que capturaba cuando se posaban en la cubierta. Los comían crudos al no tener con que cocinar; juntaban agua de lluvia en recipientes para tomar; cuenta Shaddock que un día trató de atrapar un pescado grande y este se llevó su arpón; en fin, que llegó el momento en que estaba a punto de darse por vencido cuando la perrita lo alertó; Un helicóptero del barco atunero “María Delia” los había localizado, gracias a los potentes radares que tienen para encontrar los bancos de peces. El rescate se llevó a cabo observando todos los protocolos de seguridad internacionales; y ya a bordo les dieron medicina y alimentación a Timothy y a su mascota y hoy están felices pues les salvaron la vida.
El suceso termina en un círculo virtuoso de eventos afortunados para todos los involucrados. Principalmente, porque se salvó una vida. Timothy Shaddock, tiene una nueva oportunidad que piensa aprovechar y seguir viajando. La perrita Bella fue adoptada por uno de los marineros rescatistas y ya tiene hogar. Por su parte, el barco atunero que había perdido un nutrido banco de peces por efectuar el rescate, ya de regreso se topó con un gran cardumen con el que llenaron sus bodegas de atunes; el destino los retribuyó.
Historias como esta nos alegran, nos inspiran y nos motivan.
Me despido y les invito a seguirme en Twitter @Cristinalcayaga.