En medio de la espectacular belleza del Hotel Nizuc Resort & SPA, Cancuníssimo se reunió con Lulú -madre y creadora de esta noble idea-, junto con su hija Roxana y Eugenia, la nieta, para platicar acerca de la marca de ropa que nació con las mejores intenciones y que hoy, con la misma filosofía de sus inicios, ha alcanzado hasta su tercera generación.
Lulú es la primera en contarnos de los días que dieron a luz a esta empresa familiar. “Es una historia muy bonita, de un Cancún al que llegamos. Nos atropelló el huracán Gilberto y eso nos motivó a ver cómo crecía la ciudad. Estaban llegando mujeres sin familia, con la necesidad de trabajar, o con los esposos que venían a construir todo lo que era Cancún en ese momento”.
Empezaron dando talleres de costura y de corte y confección; por lógica, las mujeres tuvieron la inquietud de trabajar. “Fue así como creamos una empresa, para poder darles un trabajo formal, que pudieran hacerlo desde sus casas, cuidando a sus hijos”. Por eso el nombre original de la marca fue Xbaal, que significa mujer, en maya.
El énfasis desde el día uno fue la responsabilidad social. Aparte del apoyo sostenido a las mujeres y sus familias, el objetivo era también dar impulso a los productos nacionales. “Usar todo lo que fuera mexicano: telas mexicanas, que fuera una marca 100% mexicana”, comenta Lulú.
Las tres visten ropa de su propia marca. Cada una, desde su forma y tiempo, luce un estilo suave, elegante, ligero. Las telas con que se fabrican las prendas son cien por ciento algodón orgánico mexicano.
Pero la manera de tratar el tejido hace que el resultado sea sumamente especial. “Nuestra tela es única en el mundo porque primero se tuerce el hilo a mano, para después utilizar una máquina”. Para ilustrar, Roxana toma con sus manos una parte de su falda y la extiende a la vista. “Toda esta tela que ven, lo arrugado, es porque justo se torció primero a mano. Después se utilizan unas máquinas mecánicas de cuando empezó la industria y esas tienen que poner unos 2000 hilos a mano, y luego estar viendo que no se les vaya enredando. Es un poco similar al telar de cintura”.
De las máquinas sale un lienzo pequeño, angosto. Las prendas se hacen de retacería, cosiéndolas pedacito por pedacito. Roxana domina el tema con pasión. “Lo que estamos tratando ahora es ser más sustentables. Mi mamá siempre ha querido que las maquiladoras ganen bien, que la ropa tenga un precio justo. En el caso de esta falda”, por seguir con el ejemplo, “tiene un precio muy justo porque solamente se le pagó al maquilador”. Otro factor que hace única a esta marca: cada prenda se tiñe a mano, una por una.
Lulú tiene la historia de Xbaal en la flor de su memoria. “Siempre hemos trabajado con el algodón, aunque antes lo hacíamos con una tela que maquilaba nada más para nosotros, un poco extraña de trama muy abierta, que nos abrió muchas puertas y nos hizo diferentes”. Hablar de la competencia y cómo esta ha afectado a la empresa familiar es inevitable. “La entrada del mercado chino nos ha ido quitando un mercado muy importante”, dice. Antes vendían bolsos para regalo en los hoteles. Pero los precios de la competencia las ha puesto fuera de la jugada. La marca maquilaba en un pueblito que está entre Guerrero, Oaxaca y Puebla, “muy bien equipado, con máquinas, con moldes de bolsos, de sombreros de palma; lo que más nos dolía era perder esos empleos”.
Luego, la pandemia… “Pero siempre hay algo que nos saca adelante: tenemos mucha fe en Dios. Nuestra misión es servir y esa es la gran satisfacción”, dice Lulú, serenamente orgullosa.
Eugenia, la más joven de este formidable clan, se unió a la empresa precisamente a raíz de la pandemia. “Yo vivía en México y me regresé a Cancún. Propuse hacer la tienda online y retomar como una marca más juvenil. Hicimos un branding y ahora la marca es Ornelas by Xbaal”. En algún punto de su vida quiso estudiar contaduría. Pero la vida le marcaba otro camino. “Siempre me ha gustado la moda y quería algo relacionado con la moda, pero no soy buena cosiendo ni dibujando. No soy creativa de esa manera, pero lo soy en otras cosas”. Así que se fue a estudiar mercadotecnia a los Estados Unidos y la ha aplicado a la compañía desde su visión más vanguardista.
La presencia de las mujeres más jóvenes de la familia ha marcado la entrada a la tecnología digital, para atraer mercados diferentes. Eugenia menciona que aparte de enfrentar a la competencia y retos tan grandes como la crisis mundial de salud que vivimos está el hecho de que los extranjeros aprecian mucho más el trabajo artesanal que los mismos mexicanos. “Nosotros -y me incluyo-, lo damos por hecho y no apreciamos tanto el trabajo que hay detrás de las cosas”.
Ornelas by Xbaal se creó al mismo tiempo que Asociación Gilberto, una organización sin fines de lucro fundada para mejorar la calidad de vida de las mujeres y sus familias. Lleva más de treinta años funcionando de manera discreta y eficaz. “Mi mamá no lo dice, pero esa ha sido su misión de vida: ayudar a todas esas mujeres. Ha sostenido el Hogar de la Mujer, con niñas de 15 años embarazadas que a veces llegaban hasta con tres hijitos”, dice Roxana.
Eugenia va y viene de los Estados Unidos, y tiene planes de llevar la marca al siguiente nivel. A la fecha, ha armado cuatro pop ups en Nueva York, con mucho éxito. “Ellos aprecian muchísimo más lo artesanal. Por eso quiero crecer hacia allá. No creo que haya mejor ciudad en Estados Unidos que Nueva York, que es la ciudad de la moda. Espero que la gente en México aprecie más porque igual yo no lo apreciaba hasta que me metí a trabajar con mi abuela y empecé a ver todo lo que hay detrás para poder lograr una prenda”.
La capacidad de adaptación a los cambios por parte de Lulú se aprecia a ojos vistas. El hecho de que se integren miembros de la familia más jóvenes, con propuestas frescas e innovadoras, lejos de aminorar, alientan su intención y propósito. “Ha sido una experiencia muy importante porque se une la visión nueva de una gente joven que sabe cómo viene la moda real, y la experiencia de una persona que ya tenía tiempo trabajando en esta línea de ropa”.
Lulú regresa al recuerdo de las fuertes ráfagas que soplaron aquel 14 de septiembre del 88. “Tuvimos que trabajar con las comunidades para ver en qué podíamos ayudar”. Hoy, tanto la marca como la asociación Gilberto ofrecen cursos para que las mujeres de la comunidad aprendan oficios diversos. Esto les da la capacidad de convertirse en artesanas calificadas y más adelante ser contratadas dentro de la misma empresa. Cada exquisita pieza transmite el espíritu de empoderamiento y te conecta con un viaje impulsado por un propósito, reza una frase en su página web, y describe perfectamente los vientos que propulsan la marca Ornelas by Xbaal. “Mi momento es ir dejando las cosas, porque bueno, por mi edad, no creo que tenga ya tanto tiempo como para poder seguir, pero sí que se quede un camino que puedan ellas continuar para que esto perdure a través del tiempo”, concluye, satisfecha, Lulú.