El ingenio culinario se unió en una tarde excepcional con inspiración latina y una selección de cocteles creados a partir de destilados basados en el ecosistema de Colombia. Arca, el restaurante del chef José Luis Hinostroza en Tulum, ha sido un referente de la gastronomía de autor en México, combinando ingredientes endémicos con técnicas innovadoras. Su décimo aniversario es una celebración de todo lo que ha logrado, y qué mejor manera de hacerlo que con 10 eventos exclusivos con invitados de distintas partes del mundo y en esta ocasión con una cena especial junto a dos grandes embajadoras de la cocina colombiana, Leonor Espinosa y Catalina Vélez, y la talentosa Sommelier Laura Hernández.
En un ambiente bohemio elegante en medio de la selva, se sirvió el menú que se compuso de varios platillos iniciando con sabores del litoral del restaurante Leo y el restaurante Domingo maridados con El Ají, coctel a base de destilado de tamarindo y aceite de culandro, un inicio fresco y repleto de notas cítricas. El siguiente tiempo fue un arroz de sierra de Leo, que aportó una textura reconfortante y un sabor profundo, mientras que el fermentado de tamarindo, otra gran propuesta de la Sommelier Laura Hernández, de La Sala de Laura, acompañó en maridaje creando un contraste vibrante con el arroz, equilibrando su riqueza y realzando sus matices, dándole una dimensión completamente única. Esa frescura ácida aportó una sensación dinámica, elevando la profundidad umami del arroz y generando un maridaje memorable para los comensales. El tamal de pipián de Domingo se unió con el maridaje El Maíz siendo una celebración pura de nuestras raíces latinas, especialmente con el maíz como protagonista. Su dulzura aportó suavidad, envolviendo el perfil encurtido del frijol y el ají de cidra, generando un juego de contrastes entre la acidez vibrante y la riqueza aterciopelada del tamal. Para el plato fuerte se cerró con cerdo ahumado con emulsión de coco refrito con notas tostadas y cremosas, del restaurante Domingo, y un Ribeye de Wagyu mexicano en salsa de su reducción con pimienta verde, de Leo. Combinación de riqueza y sabores concentrados acompañados con el último coctel de la noche, El Café, a base de ron macerado en plátano, ese toque frutal del plátano aportó una textura sedosa, funcionando como un contrapunto dulce interesante frente a los sabores intensos del plato fuerte. Estas armonías continuaron con tres postres del menú regular de Arca, mezclas de texturas, colores y sabores. Una triada compuesta por un tamal de cacao y plátano, una tarta de textura sublime a base de coco, macadamia y lima maya, y la cremosidad de un helado con maracuyá. A esta sinfonía de sabores se le unieron las musicales del DJ. Este evento fue una extensión de la filosofía de Arca de llevar la autenticidad de la cocina de autor a nuevas alturas mostrando el compromiso con la innovación y la evolución de la gastronomía latinoamericana.
