Recordó que el inició de su proyecto y de sus sueños fue difícil, porque nadie creía en ella, pero luego de una exposición a la que asistió en su lugar de origen, mi has personas se acercaron a ella para comprarle la idea e incluso asociarse.
Ahora, además de libretas, la joven tiene una carrera importante de productos. “Empezamos a variar, hicimos la empresa más grande y somos 100% formales, tenemos libretas, porta vasos, porta menús, carpetas y cada vez estamos sacando más cosas”, dijo.
Curiel Morfin dejó en claro que para hacer una libreta grande necesita de dos kilos de sargazo y para una libreta pequeña un kilo, aunque por lo pronto, su empresa, Sargánico, ya exporta a diversas escuelas de Inglaterra y España, así como también compañías que buscan productos sustentables en Quintana Roo y el país le han comprado.
Con esto se demuestra, que no hay idea pequeña y sueño que no se cumpla.