La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, calificó como injustificados e insostenibles los nuevos aranceles del 50 % impuestos por Estados Unidos a las importaciones de acero y aluminio. La medida, que entró en vigor este miércoles, duplica los aranceles anteriores del 25 % y ha generado preocupación en sectores industriales y del gobierno mexicano.
México cuestiona el fundamento legal
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum fue enfática al afirmar que la decisión de Washington “no tiene sustento legal”, ya que existe un tratado comercial vigente entre ambos países. Señaló que la Casa Blanca justifica la medida bajo criterios de seguridad nacional, lo cual consideró contradictorio:
“Ayer mismo la vocera de la Casa Blanca dice que hay muy buena colaboración en todos los términos con México, incluido el tema de seguridad. Entonces, no creemos que tenga sustento”, declaró la mandataria.
Reuniones clave para buscar una salida diplomática
Sheinbaum adelantó que sostendrá reuniones con representantes de las industrias del acero y aluminio para evaluar el impacto de esta medida. Además, anunció que el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, se reunirá este viernes con el secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick, para intentar llegar a un acuerdo.
En caso de no lograr avances en el diálogo bilateral, la presidenta advirtió que su gobierno anunciará medidas en respuesta:
“La responsabilidad de nuestro gobierno es proteger el empleo y a la industria del acero y el aluminio. Estos aranceles representan una afectación muy grande”.
Impacto regional y justificación estadounidense
Aunque la medida tiene un fuerte impacto para México, también afecta a otros grandes exportadores como Canadá, Brasil, Corea del Sur, Vietnam y China. En particular, Canadá es el principal proveedor de ambos metales para EE.UU., mientras que China es el segundo en aluminio.
El presidente Donald Trump, por su parte, defendió el aumento al considerar que el arancel del 25 % original ha ayudado a mantener los precios del mercado, pero aún no ha sido suficiente para garantizar que las industrias de acero y aluminio alcancen niveles de producción compatibles con los objetivos de defensa nacional.
México se prepara para responder
La administración de Sheinbaum ha dejado claro que no permanecerá pasiva ante lo que considera una agresión comercial. Si no se alcanza un acuerdo en los próximos días, México anunciará medidas propias para proteger a sus industrias estratégicas.
Esta nueva tensión comercial entre ambos países se da en un contexto en el que la cooperación bilateral ha sido resaltada por ambas partes, lo que hace aún más polémica la imposición arancelaria. La próxima semana podría ser decisiva para definir el rumbo de las relaciones económicas entre México y Estados Unidos.
