El sargazo sigue recalando en las costas de Quintana Roo afectando más de 30 playas de uso turístico y de esparcimiento, en un destino que año con año busca sobrevivir a esta llegada masiva, en una balanza que en primera instancia pareciera dejar en tablas esta lucha contra este fenómeno, pero que a la larga ha generado ya una mutación en el comportamiento de la dinámica turística.
“¿Hay sargazo para Semana Santa?”, fue la pregunta que recibió Monserrat Moyer, promotora de una agencia de viajes, por parte de un potencial turista, quien está evaluando las fechas para visitar la Riviera Maya.
Monserrat reconoció que de abril a junio la presencia de talofita es constante y a la vez errática. Mientras que en los años pasados las partes más afectadas eran las costas de la zona Sur del Estado y la Riviera Maya, este año pareciera que la mancha de sargazo ha dado un respiro a la zona norte de la entidad, donde se ha concentrado el turismo internacional.
Pero eso no lo podía saber Monserrat, quién tuvo que aceptar que su potencial cliente pospusiera su viaje para los meses de agosto y septiembre, previo a la temporada de huracanes.
Y este escenario se ha multiplicado en innumerables ocasiones en los últimos meses. El sargazo, por más discursos que busquen minimizar su impacto en el destino, ha traspasado los límites de Quintana Roo y ya es noticia internacional.
No es para menos. El sargazo que flota en el mar Caribe sumó al menos 14 millones de toneladas este mayo, una cifra récord que se prevé sea superada, dio a conocer la Universidad del Sur de Florida en un reporte que elaboró en coordinación con la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio estadounidense (NASA, por sus siglas en inglés).
La casa de estudios indicó que en abril de 2018 se detectaron 12.6 toneladas del vegetal marino flotando en el Caribe, y adelantó que la cantidad de alga “probablemente aumentará en los meses siguientes”.
Rosa Rodríguez Martínez, investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dijo esperar que el volumen del sargazo en el mar Caribe se incremente durante este mes.
La especialista recordó que en febrero los hoteleros de Quintana Roo comenzaron a compartir sus reportes de arribo del alga, cuyo volumen se elevó de manera considerable en abril pasado y aumentará aún más, pues históricamente se incrementa hasta en 60 por ciento durante mayo en comparación con el mes anterior.
Señaló que el sargazo en grandes cantidades comenzó a llegar al litoral quintanarroense en 2011 y se ha incrementado de manera exponencial, pero aún se carece de mecanismos idóneos para su extracción, traslado y disposición final, lo que ya causó estragos en los arenales del estado, que perdieron su tradicional color blanco y han adquirido un tono “medio café” por el alga, que contiene nitrógeno, fósforo y metales.
Y aunque a lo largo de los años se han creado estrategias para su contención, desde la limpieza diaria de playas, hasta la colocación de redes antisargazo y embarcaciones que recogen este desecho marino en alta mar, antes de su llegada a las costas, el volumen del problema es tal que pareciera una batalla perdida.
Es aquí donde las investigaciones y nuevas estrategias comienzan a voltear al lado del mundo, donde surge el problema del sargazo, antes de que atraviese el Atlántico hasta llegar a nuestras costas.
Cada año deja en evidencia de que el problema es más global que local y lo cierto es que este fenómeno ha generado año con año que se sangre el presupuesto de los tres niveles de gobierno.
También a causado un cambio en la dinámica turística, pues este fenómeno afecta durante dos de las temporadas vacacionales más importante de la entidad: Semana Santa y Verano, lo que ha generado que cada vez más turistas que lleguen al destino en estas temporadas acorten sus estancias o incluso no dejen de ser repetitivos, de acuerdo a datos de la Asociación de Hoteles de Cancún y Puerto Morelos, que señalan que del 2016 al 2019 se presentó una disminución del 30% en la estancia promedio de visitantes internacionales durante estas temporadas vacacionales, mientras que las de noviembre-diciembre se han fortalecido.
Si embargo, de momento no hay estudios concluyentes que puedan determinar un posible descenso del turismo a consecuencia de esta cuestión, pero la preocupación es latente en los países del entorno.
Tanto es así que incluso en 2019 se organizó en Cancún (Quintana Roo, México) un ‘Encuentro de Alto Nivel para la atención del sargazo en el Gran Caribe’ al que asistieron representantes de 13 países de la zona y se comprometieron a adoptar 26 medidas para frenar su avance.
Aunque el sector turístico trata de minimizar el posible impacto, lo cierto es que el sargazo empieza a contar en el análisis de riesgos futuros, puesto que este sector aporta a México el 8,7 por ciento de su PIB.
De hecho, un documento de trabajo de BBVA Research de 2020 denominado ‘El riesgo del sargazo para la economía y turismo de Quintana Roo y México’ ha valorado si el descenso registrado en los hoteles de la Riviera Maya en 2019 respecto al año anterior pudo tener que ver con la ‘marea’ de sargazo.
El trabajo concluye que la llegada de sargazo a las playas ha generado «mucha polémica» por sus posibles efectos económicos y refleja que, mientras que para el Gobierno de López Obrador se trata de un tema «menor», el estado de Quintana Roo y el sector privado consideran que se trata de «una problemática de gran trascendencia, con altos costes y pérdidas económicas».
Si bien concluye que de momento las variables económicas y el ‘big data’ no apoyan la hipótesis de una «grave» afectación al sector turístico durante 2019, sí califica de «anomalía» del gran cinturón de sargazo del Atlántico que «parece que será permanente».
Por ello, BBVA en su informe observa a los gobiernos federal, estatal y local y el sector privado que «deben tener preparados los planes, acciones y recursos» para hacer frente al sargazo en años subsecuentes. La recomendación es extensible no solo para México, sino para los países del Gran Caribe.