En el corazón del Centro Histórico de la Ciudad de México, entre las callejuelas de Donceles y República de Argentina, yace un pasado efervescente, enmarcado por la vibrante juventud de Salvador Novo y Xavier Villaurrutia, dos poetas icónicos del «grupo sin grupo» de Los Contemporáneos. Hoy, con la apertura del Templo Mayor, la esquina que alguna vez fue el hogar de estos artistas se desvanece en la modernidad, siendo difícil trazar sus huellas más allá de la única pista proporcionada: un balcón que se asomaba hacia el Palacio del Marqués del Apartado.
En este rincón de Donceles, donde la historia se mezcla con la arquitectura, se erige un recuerdo imborrable: el estudio que Novo y Villaurrutia compartieron junto con Gustavo Villa, conocido como la «Virgen de Estambul». Un refugio donde la juventud desbordante se manifestaba en desenfreno, y las experiencias vividas dejaron una huella que aún despierta rubor en las «buenas conciencias».
Sergio Téllez-Pon, experto en la obra y vida de estos dos poetas, describe el estudio como la «leonera» de Novo, un espacio donde la valentía se entrelazaba con la creatividad. Es en su autobiografía, La estatua de sal, donde Salvador Novo desnuda con desparpajo sus días de juventud. Publicada póstumamente en 1998, esta obra es considerada una de las joyas literarias de Novo, revelando sin tapujos sus experiencias sexuales en el ambiente gay de la Ciudad de México de los años 20.
Carlos Monsiváis, en el prólogo de la obra, destaca la escritura de Novo como un ejercicio de los derechos negados, una respuesta mordaz a las burlas y descalificaciones que enfrentó por su homosexualidad. La Estatua de sal no es solo provocación, sino un testimonio valioso del cambio de costumbres y del ser excepcional que aceleró cambios sociales, creando una literatura magnífica que enriquece la diversidad.
El relato, interrumpido y publicado de manera póstuma, ofrece un vistazo a la juventud de Novo y su exploración del mundo sórdido de la Ciudad de México. Un capítulo crucial es el relato de su encuentro con Ricardo Alessio Robles, alias «Clarita Vidal», quien lo introduce al lado más oculto de la metrópoli. Viajes a los estudios más sórdidos, encuentros sociales en la casa de «Suzuki» o el estudio de Adalid y la «Pedo Embotellado», todo narrado con la prosa magnífica que caracteriza a Novo.
Este 13 de enero, cuando se conmemoran 50 años de su fallecimiento, Salvador Novo será recordado con un paseo literario por el Centro Histórico. Téllez-Pon guiará a los participantes, utilizando La estatua de sal como brújula para explorar los lugares que marcaron la vida de Novo y Villaurrutia. Desde la esquina de Mina y Paseo de la Reforma, punto de partida del recorrido, hasta la colonia Guerrero, donde iniciaba la caminata diaria de Novo y Torres Bodet hacia la Escuela Nacional Preparatoria.
El trayecto, trazado por las memorias de Novo, revelará rincones históricos y lugares que cuentan la historia de la vida gay en la Ciudad de México. Desde el «quemadero» de la Alameda hasta la placa que recuerda la persecución a la homosexualidad en la redada del «Baile de los 41» en 1901.
A medio siglo de su partida, caminar por las calles del Centro Histórico en los zapatos de Salvador Novo es sumergirse en la vigencia y la importancia de su obra y su vida ejemplarmente libre. En cada paso, la memoria de Novo resuena, recordándonos la valentía de aquellos que desafiaron las normas y enriquecieron la diversidad cultural de México.