Las conversaciones de alto nivel de hoy jueves en Turquía entre las contrapartes de asuntos exteriores de Ucrania y Rusia terminaron sin avances para un posible alto al fuego o para proteger a los civiles en Mariupol fuertemente bombardeado, incluso después de que Ucrania sugirió una propuesta de «neutralidad» con garantías de seguridad de las potencias mundiales.
En la interacción más importante desde que el presidente ruso, Vladimir Putin, lanzó la invasión de Ucrania el 24 de febrero, las conversaciones fallidas entre el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, y su homólogo, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, duraron solo 90 minutos en la ciudad costera turca de Antalya.
Según los informes, Rusia rechazó las propuestas de «neutralidad» de Ucrania que prometían garantías de seguridad internacional, según el Financial Times. Las dos partes discutieron un alto el fuego de 24 horas, pero no lograron ningún progreso, ya que Rusia aún buscaba la «rendición de Ucrania», dijo Kuleba.
«Esto no es lo que van a conseguir», dijo, y agregó que estaba dispuesto a continuar el diálogo.
Después de que los rusos bombardearan un hospital de maternidad e infantil en la ciudad portuaria ucraniana de Mariupol, Lavrov rechazó lo que clasificó como «gritos» sobre las «supuestas atrocidades», repitiendo afirmaciones rusas sin evidencia de que el hospital fue capturado por ucranianos. «ultrarradicales» de extrema derecha.
También descartó las preocupaciones sobre las bajas civiles como «gritos patéticos» de los enemigos de Rusia.
En respuesta, Kuleba afirmó que el liderazgo en Moscú «vive en su propia realidad».
“Desafortunadamente, puedo confirmar que los líderes rusos, incluido el ministro Lavrov, viven en su propia realidad”, dijo Kuleba a CNBC. “En nuestras charlas, a puertas cerradas y en ausencia de los medios de comunicación, me dijo mirándome a los ojos que las fotos de mujeres embarazadas sacadas de debajo de los escombros de la casa de maternidad son falsas, que golpean la casa de maternidad como un objetivo militar porque el ejército ruso estaba absolutamente seguro de que estaba bajo el control del ejército ucraniano».
Kuleba dijo que llegó a las conversaciones con un propósito «humanitario» para establecer corredores de evacuación para los civiles que buscan huir de la devastación en Mariupol, que ha estado rodeada por las fuerzas rusas durante días.
«Desafortunadamente, el ministro Lavrov no estaba en condiciones de comprometerse, pero mantendrá correspondencia con las autoridades respectivas», dijo.
En Mariupol, cientos han muerto y los trabajadores se apresuraron a enterrar algunos de los cuerpos en una fosa común. Los que sobrevivieron irrumpieron en las tiendas en busca de alimentos y recurrieron a la nieve derretida para beber agua, ya que las autoridades ucranianas dijeron que las fuerzas rusas bloquearon un convoy con alimentos y medicinas.
Lavrov afirmó que Rusia «no atacó a Ucrania», informó el Financial Times, y que todo iba «según el plan» con respecto a la operación militar de Rusia en el país. También repitió acusaciones sin fundamento de que Ucrania estaba creando armas biológicas en su frontera con la ayuda de Estados Unidos, afirmaciones que la Casa Blanca calificó de «absurdas». La Casa Blanca advirtió el miércoles que tales afirmaciones podrían ser utilizadas por el Kremlin como una «bandera falsa».
“Acabamos de explicarle a Ucrania muchas veces que había surgido una situación que representaba una amenaza directa para Rusia”, dijo, según el Financial Times. «A pesar de que hablamos de esto durante muchos años, nadie escuchó nuestros llamamientos y exhortaciones».
Lavrov también dijo que Rusia estaba lista para más negociaciones, pero no mostró signos de suavizar las demandas de Moscú. Dijo que Putin podría reunirse con el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy, pero sólo después de más negociaciones sobre las quejas más amplias de Rusia. Zelenskyy ha dicho que el ataque de Rusia al hospital de Mariupol equivalía a un «crimen de guerra».
Las autoridades ucranianas dijeron que un niño estaba entre los muertos en el ataque del miércoles en Mariupol. Otras 17 personas resultaron heridas, incluidas mujeres que esperaban dar a luz, y médicos y niños quedaron enterrados entre los escombros.
Las imágenes de mujeres embarazadas cubiertas de polvo y sangre dominaron los informes de noticias en muchos países y trajeron una nueva ola de horror por la guerra de dos semanas provocada por la invasión de Rusia, que ha matado a miles de soldados y civiles y ha expulsado a más de 2 millones de personas de Ucrania.