El miércoles, Rusia anunció su intención de tomar contramedidas técnico-militares y otras medidas no especificadas para salvaguardar sus intereses ante la decisión de Suecia de unirse a la OTAN, calificando esta acción como agresiva y un error estratégico.
El Parlamento de Hungría allanó el camino para la adhesión de Suecia a la OTAN el lunes, eliminando el último obstáculo formal para el ingreso de este país nórdico, que históricamente ha mantenido una política de neutralidad.
La solicitud de adhesión de Suecia y Finlandia a la OTAN se produjo en respuesta a la escalada de tensiones generada por la intervención de Rusia en Ucrania en 2022, un conflicto que ha persistido durante dos años y ha sido considerado el mayor enfrentamiento en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
Maria Zakharova, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, declaró: «Seguiremos de cerca las acciones de Suecia en este bloque militar agresivo, y basándonos en ello, tomaremos medidas de represalia, tanto de naturaleza técnico-militar como en otros aspectos».
Zakharova también señaló que la decisión de Suecia de unirse a la OTAN ha sido influenciada por una «histeria antirrusa continua», fomentada tanto por actores internos como externos. Insistió en que la decisión no fue tomada de manera independiente por el pueblo sueco, sino que fue impulsada desde el exterior.
La embajada rusa en Estocolmo había sugerido anteriormente la posibilidad de medidas de contramedidas no especificadas, en función del alcance de los despliegues de tropas y equipo militar de la OTAN dentro de Suecia.
El primer ministro sueco, Ulf Kristersson, respondió a las advertencias de Rusia afirmando que no eran sorprendentes y que Suecia estaba preparada para cualquier respuesta. «Estamos bien preparados y observamos de cerca sus acciones», declaró Kristersson.
El ingreso de Suecia en la OTAN ha avivado las tensiones y la militarización en la región, y se espera que continúe generando reacciones por parte de Rusia y otros actores internacionales.