El primer viaje del presidente López Obrador a los Estados Unidos de Norteamérica, sucede en medio de la polémica, debido a los pros y contras que implica. En principio el motivo de la visita es celebrar con la Casa Blanca, la puesta en marcha del Tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá, bautizado como T-Mec, mismo que sustituye al TLC vigente desde 1994.
Si bien, el mandatario mexicano anunció que además se abordarán otros temas bilaterales, como la migración; el malestar de algunos sectores se debe al recuerdo del trato que Donald Trump, -siendo candidato-, le dio a los migrantes mexicanos; así como su exigencia a que México pagara el muro, misma que repitió en agosto del 2016, inmediatamente después de que fue recibido por el entonces presidente Peña Nieto, con honores de mandatario, siendo apenas candidato. Se piensa que esto lo ayudó a ganar las elecciones; y existe el temor que ahora, la presencia de López Obrador se interprete como un respaldo al presidente Trump quien busca reelegirse en este año; lo que no es favorable, en caso de que el candidato demócrata, Joe Biden, gane la presidencia y su partido le quiera cobrar a México el apoyo al adversario.
Sin embargo, la trascendencia del T-MEC es tal, que el propio Gobierno Mexicano, en su comunicado del 1 de julio; realzó la certeza jurídica que el Tratado da a los inversionistas, a los empresarios y los consumidores. Expresó que, fortalece las cadenas de suministro y profundiza irreversiblemente la integración de los tres países de América del Norte; favoreciendo la eliminación de aranceles en favor de los productos mexicanos; y reconoció su oportuna entrada en vigor para la urgente recuperación económica, en una región con 493 millones de habitantes que representan el 6.5% de la población mundial; la segunda mayor economía con el 18.3% del PIB global, y segundo exportador del mundo con el 15.9% del comercio. Por otra parte, existen nuevos capítulos en el tratado, como lo son el laboral y el de combate a la corrupción, que hacen necesaria una estrecha comunicación entre los presidentes de ambas naciones.
Este viaje, ha sido evaluado como muy riesgoso para México por la relación tan asimétrica que hay entre las dos naciones, sumándole a ello la ausencia del Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau y algunas fotografías que subió el presidente Trump a su Twitter, donde presume en Arizona, los 320 kilómetros de muro que ha construido en la frontera. Otra de las cosas que se arguyen, es que no se entrevistará con la demócrata, Nancy Pelosi ni con el Caucus Hispano. Tampoco se le ha clasificado como visita de Estado. Muchas sorpresas nos esperan ya que ambos líderes tienen personalidades polémicas. Deseamos que le resultado sea bueno para México y esperemos que así sea.
Me despido y les recuerdo seguirme en Twitter, @Cristinalcayaga.