Las autoridades estadounidenses hicieron público que, después de una exhaustiva búsqueda, encontraron diversas partes del submarino Titán en el puerto de San Juan de Terranova, Canadá. La compañía era consciente del riesgo que implicaba su «tour» a las profundidades del Titanic, ya que en una de las cláusulas se eximía de responsabilidad por posibles fallecimientos.
Es importante destacar que el Titán estaba construido con una aleación de titanio y fibra de carbono, materiales que no eran los más adecuados para un equipo pesado que se sumergiría a unos 3000 metros de profundidad en el océano.
En repetidas ocasiones se advirtió al propietario de la empresa responsable del sumergible sobre los posibles peligros que la elección inadecuada de materiales podría causar a sus clientes y a ellos mismos.
Lamentablemente, hace unos días, la Guardia Costera de Estados Unidos emitió un comunicado en el que declaraban a los cinco tripulantes del submarino como fallecidos, pero anunciaron que continuarían la búsqueda de los restos del sumergible y los cuerpos.
Las familias siguen sumidas en la desesperación ante la tragedia que les arrebató a sus seres queridos.