Las remesas que millones de inmigrantes envían desde Estados Unidos a sus países de origen podrían estar en la mira de nuevos impuestos si prosperan dos iniciativas legislativas impulsadas por congresistas republicanos. Las medidas afectarían directamente a comunidades vulnerables en América Latina, especialmente a México, el segundo mayor receptor mundial de estos fondos.
El plan: hasta 37 % de impuesto sobre remesas
Uno de los proyectos, llamado “Gran y Hermoso Proyecto de Ley”, propone aplicar un impuesto del 5 % a todas las remesas enviadas por inmigrantes, sin importar su estatus migratorio: residentes ilegales, con visa temporal, protegidos por programas como DACA o incluso con residencia permanente. Solo los ciudadanos estadounidenses quedarían exentos del impuesto.
Otra propuesta más radical plantea un gravamen del 37 % a las remesas enviadas a cinco países identificados por tener los mayores flujos de migración irregular hacia EE.UU. Aunque los detalles completos del listado no han sido confirmados, México estaría entre los principales afectados, junto a naciones como Honduras, Guatemala y El Salvador.
Las consecuencias económicas y sociales
De acuerdo con el Banco Mundial, América Latina y el Caribe recibieron más de 160 mil millones de dólares en remesas en 2024, provenientes en su mayoría desde Estados Unidos. Tan solo México captó más de 60 mil millones de dólares, equivalentes a un 4 % del PIB nacional, superando a sectores como el turismo o la inversión extranjera directa.
Imponer impuestos sobre este flujo podría provocar una caída significativa en el ingreso de millones de familias que dependen de ese dinero para cubrir necesidades básicas como alimentación, salud, vivienda y educación. En muchos casos, especialmente en zonas rurales o marginadas, las remesas son la única fuente de ingreso constante.
Juan José Gutiérrez, director de la Coalición de los Derechos Plenos para los Inmigrantes, advirtió que estas propuestas tendrían un “efecto contrario” al buscado: “Si las familias ya no reciben el dinero suficiente para subsistir, van a verse obligadas a seguir el camino de sus seres queridos que ya viven en Estados Unidos”, dijo.
Impacto regional y migración forzada
El Fondo Monetario Internacional también alertó sobre los efectos macroeconómicos negativos. Rodrigo Valdés, jefe del Departamento del Hemisferio Occidental, explicó que estas medidas actuarían como un “shock prolongado” sobre el consumo en países receptores, debilitando sus economías y, por lo tanto, intensificando las causas estructurales de la migración.
México, por su parte, ha rechazado tajantemente la iniciativa. La presidente Claudia Sheinbaum la calificó como una “injusticia discriminatoria”, y recordó que “todos los mexicanos que viven en Estados Unidos pagan impuestos, tengan documentos o no”. Añadió que las remesas son el fruto del esfuerzo de millones de trabajadores que también aportan al crecimiento económico estadounidense.
Un boomerang para Estados Unidos
Expertos en migración también advierten que el efecto no se limitaría a los países emisores de migrantes. Estados Unidos podría enfrentar un incremento en la migración indocumentada, justo lo contrario a lo que estos proyectos dicen combatir. “Cualquier medida que reduzca las remesas tendrá un impacto negativo en el interés nacional de Estados Unidos”, aseguró Manuel Orozco, del Diálogo Interamericano.
Además de agravar las condiciones de vida de los inmigrantes ya establecidos, muchos de los cuales trabajan en sectores esenciales y envían dinero a sus familias, se abriría un nuevo frente de tensiones diplomáticas y sociales. “En lugar de mejorar el panorama de la inmigración indocumentada, estas propuestas lo van a empeorar. Estos legisladores republicanos no tienen en cuenta la raíz del problema, que en la mayoría de casos es la pobreza”, concluyó Gutiérrez.
La aprobación de cualquiera de estos proyectos cambiaría profundamente la relación económica entre EE.UU. y millones de familias en América Latina, alterando el equilibrio financiero de regiones enteras y poniendo en riesgo la estabilidad de comunidades que hoy dependen de las remesas para sobrevivir.